4 de agosto de 2008

Tercer campeonato del cuento corto oral

El jueves pasado participé en el Tercer campeonato del cuento corto oral de la Universidad del Sagrado Corazón en San Juan, Puerto Rico. En general, fue una experiencia agradable y provechosa. Algunos detalles me parecieron acertados y otros no. Supongo que depende desde qué punto de vista uno los ve.
Creo que fallé en la elección del cuento que presenté. Cuando decidí participar seleccioné el más corto que tenía para cumplir las especificaciones. Luego oí que se leyeron algunos muchos más largos, que no sé como los acomodaron "en una sola página, a doble espacio, con márgenes de una pulgada a todos lados y letra 12". Lección aprendida para el próximo año: ocuparme más de la calidad del cuento y no de la extensión.
Tres jueces evaluaron los cuentos: la crítica literaria Carmen Dolores Hernández; el gerente general del Grupo Editorial Norma, David Ashe; y el presidente de las librerías La Tertulia, Alfredo Torres. Entre ellos, se repartieron los cuentos registrados; cada uno seleccionaría diez para que fueran leídos ante el público. Si hubo unos noventa cuentos, cada juez leyó treinta y escogió los diez que más le gustaron. Es decir que cada cuento solo pasaba por las manos de un juez por lo que quedaba a merced de su criterio y gusto. En un grupo podía que un cuento no fuera seleccionado pero tal vez en otro sí lo hubiera sido. Asumo que se hizo de esta forma porque solo se cuenta con una hora para leerlos todos.
De los cuentos que leyeron, hubo algunos muy buenos y otros no tanto. Me agradó ver tanta participación de personas mayores junto a jóvenes estudiantes. Causa interés en el público el que cada cuento sea leído por su autor. Además de que se crea un aire de expectativa mientras van presentando los cuentos escogidos.

La actividad estuvo bien organizada. En los que los jueces seleccionaban hubo una charla informal sobre técnicas para escribir un cuento corto.

¿Qué gané en la actividad?
1. La oportunidad de conocer a Luis López Nieves, uno de mis escritores boricuas favoritos.
2. El poder abrazar a Margarita Iguina, a quien conocía a través de los talleres literarios de Ciudad Seva pero no en persona.
3. El libro de Rubem Fonseca, Diario de un libertino, que se deja leer sin pausa.
4. El recuerdo y la emoción de un certamen con un ambiente de camaradería.
5. El deseo y entusiasmo para participar en el cuarto campeonato. ¡Nos vemos el año que viene!

Sobre el cuento ganador
Información y foto tomados de:

El ambiente era similar al de un certamen de belleza. Pero la pregunta final no sería contestada por los ansiosos 30 finalistas, sino por cada una de sus creaciones: al leer sus cuentos, ¿funcionan o no funcionan?
La respuesta poco tuvo que ver con la paz mundial y el bienestar social. Al contrario, ese cuadro final estuvo caracterizado, en gran parte, por el tema de la muerte en sus trillados contextos del asesinato, la guerra, la mutilación física y la cotidianidad urbana.
El “rey” del año pasado, José Borges, estuvo allí, pero como parte del acto de entretenimiento que se ofrece mientras el jurado delibera: una charla sobre técnicas de cómo redactar un minicuento.
El tercer Campeonato Mundial del Cuento Corto Oral coronó en la noche del jueves a Leonardo Soriano, autor de “La invasión”. Las menciones honoríficas correspondieron a Vanessa Seijo con “Horas extras”, a Ivette Clark con “Indocumentados” y a Blanca Miranda con “Caricias que matan”.

Comparten técnicas
La elipsis, los personajes conocidos mundialmente, los títulos en otros idiomas, la referencia a innovaciones industriales o científicas, los finales con palabras soeces, los contextos familiares y las parodias, fueron algunas de las estrategias que recomendaron los escritores Emilio del Carril, Eduardo Vera y José Borges en la charla “Técnicas para escribir cuentos breves”.
En una plática jocosa, pero organizada, estos autores discutieron con la audiencia del campeonato los pros y los contras de utilizar atrechos como éstos al proponerse redactar un minicuento.
“Funcionan como shortcuts (atajos) porque ayudan a situar en tiempo y espacio la acción del cuento sin usar muchas palabras”, y entonces el conflicto queda condensado en una o dos líneas, explicó Emilio del Carril.
“Tenemos que tener cuidado con usar referencias que no se entienden en otros países”, especificó José Borges ilustrando la dificultad principal de esta tarea.
Eduardo Vera, por su parte, resaltó la importancia del ingenio que evita recurrir al chiste para provocar al lector. Ejemplificó con “El hombre invisible”, de Gabriel Jiménez:
“Aquel hombre era invisible, pero nadie se percató de ello”.
Como éste, muchos de otros microcuentos en español están disponibles en http://www.ciudadseva.com/.

Cuarenta y ocho años después
Información tomada de:

Más de 80 participaciones fueron recibidas, según indicó Luis López Nieves, director de la Maestría en Creación Literaria de la USC. Sin embargo, el relato de Soriano sobre un grupo de hombres que, desnudos, invade una playa y logran dominar una ciudad, impresionó favorablemente al jurado
Leonardo Soriano, un cubano de 73 años, cuenta que escribió “La invasión” en la década del 60 y que el texto le acompañó “cuando salí de mi país, cuando me fui a Nueva York y cuando llegué a Puerto Rico”.
“La pobre estuvo ahí metida entre tantos papeles”, relata. “Ese grupo de hombres se sintió tan fuerte que sometieron a la gente a los dictados de su desnudez y por ahí siguieron intentando conquistar el mundo. Lo escribí en un ambiente de penetración ideológica fuerte en mi país con ideas del marxismo y el leninismo, y traté de configurarlo de un manera jocosa”.
Soriano desconoce si seguirá escribiendo o desempolvando trabajos. “Esto significa un reconocimiento que hace mucho tiempo no recibía profesionalmente. Eso me estimula a enfrentarme a la vejez; aunque debería estimularme a escribir más”, finaliza sobre el trabajo que leyó ante una audiencia integrada por 200 personas.


La invasión
Leonardo Soriano, primer premio del "Tercer Campeonato Mundial del Cuento Corto Oral"

Aquel grupo de hombres que se bañaba en las duchas de la playa se sintió tan fuerte en su desnudez que salieron a conquistar el mundo. Efectivamente, con gritos estentóreos abandonaron las duchas y se abalanzaron sobre la inerme playa, la, que pronto dominaron. Eso fue sólo el principio; después de someter a las demás personas a los dictados de su desnudez, los hombres siguieron a la calle hasta apoderarse primero de una manzana de casas, después, de la barriada entera, a continuación de todo el reparto y finalmente dominaron por completo la ciudad. Tal como, hicieron antes en la playa, hombres, mujeres y niños, por igual, tuvieron que rendir tributo a su desnudez.
Como a medida que avanzaban se sentían cada vez más fuertes, no tuvieron ningún reparo en apoderarse de las ciudades cercanas, que fueron tomadas en un mínimo de tiempo. Una necesidad crea la otra y así pronto la ola invasora se extendió hasta abarcar tres provincias, ocupadas sin la menor resistencia, ante el terror sobrecogedor de sus habitantes, que impedía cualquier posibilidad de defensa. Fue cuestión de días para que las restantes provincias cayeran en poder de aquellos hombres y para que todo el país se sometiera a los dictados de su desnudez.
El afán de conquista rara vez reconoce límites, y así no pasó mucho tiempo antes que los invasores cruzaran los mares y abarcaran otras tierras; cuyos habitantes les esperaban resignadamente instalados -alguien diría que hasta con cierto confort- en su conformismo, prestos a la entrega total. A un país fue siguiendo otro, con notable precisión hasta que después de conquistar el último, el mundo entero se vio sometido los dictados de su desnudez y una nueva paz, más estable y duradera, sobrevino por doquier. Era el triunfo de la desnudez presentida. Creo que fue entonces que comenzó a llover.

Tomado de:
http://www.primerahora.com/noticia/otros/espectaculosasi/la_invasion/216389

29 de julio de 2008

Despertar

Te decía que en el alma y la piel
se le borraron las pecas
y su mundo de muñecas pasó...”

J. M. Serrat


Mirarme; eso es lo primero que hace cuando se levanta. En su camino a lavarse la cara y los dientes pasa por mi lado y me enciende. Al regresar, ya estoy lista a servirla. Se sienta frente a mí y sonríe. Ahí permanecerá hasta que le avisen:
—Roxana, ven a desayunar.
Eso hizo cada mañana... hasta anoche. Hoy todo es distinto. La niña no durmió en casa. Estuvo conmigo hasta bastante tarde. Luego la vi echar alguna ropa en su mochila. Colocó sobre el monitor el osito de peluche con el que aún dormía y se fue. Sentí que me decía adiós.
—Roxana, se te va a hacer tarde para la escuela.
Es doña Teresa, entra a la habitación. Ve una carta sobre la cama. No puede creer lo que lee. Pienso que se va a desmayar. Llama a don Luis. Discuten. Ella llora. Él grita. Por alguna razón me echan la culpa de lo ocurrido. Me conectan. Quieren encontrar en mí datos que ayuden a descubrir la razón de su huida. Necesitan saber con quién habló anoche antes de partir. Pero ella tuvo la cautela de borrar todos los mensajes. Solo olvidó eliminar esa última foto tomada. Esa a la que él comentó: “ya eres toda una mujer”.
Podría contarles mucho sobre él. Menos su nombre. Nunca lo dijo. Siempre se hizo llamar “mystery man” Así, con dos y, que muchas veces ella se confundió y él le escribía, “con y, negrita, con y”. Charlaban horas largas, en ocasiones hasta el amanecer. Ese hombre le enviaba canciones, fotos, planes, sueños, mentiras. Con él se ilusionó tanto que ha sido capaz de dejar atrás escuela, padres, amigos, casa y comodidades para lanzarse en pos de una aventura.
Si hubiese podido advertirle. Roxana solo tiene quince años. Él le decía tener veinte, quizás la mitad de lo que tiene en realidad. Él le juró amor eterno; ella creyó ser la única en su vida. Él le adornó con rosas el lecho y ella no vio que eran más las espinas. Partió hipnotizada por su perfume. Será una agonía su despertar... quién sabe dónde y con quién...


“Noticia de última hora. Alerta Ámbar*. Cuatro adolescentes han sido reportadas desaparecidas por sus familiares. Un hombre de cincuenta y cinco años, quien se alega atrae a sus víctimas a través de Internet, parece ser el elemento común en los cuatro casos. Se teme hayan sido secuestradas para ser vendidas a una red de prostitución internacional. Todas las chicas están entre los catorce y los dieciséis años”.

Siluz

Nota: Se emiten Alertas Ámbar (“America's Missing: Broadcasting Emergency Response”) por radio, televisión, satélite y otros medios en caso de niños secuestrados para comunicar al público información clave sobre el niño desaparecido y el sospechoso en las primeras horas de ocurrido el hecho.

22 de julio de 2008

Plutarca

“Dios hizo el gato para ofrecer al hombre
el placer de acariciar un tigre.”

Víctor Hugo
Aquella gatita se crió como un miembro más de la familia. Llegó un día cualquiera, entró “como Pedro por su casa” y decidió que ese sería su hogar. Uno de los chicos la bautizó Plutarca, ni idea por qué pero así se quedó.
Era el animalito más mimado en el planeta. Iba de falda en falda, dormía en mi cama, su plato estaba siempre lleno y el agua fresca. Era linda, muy linda. ¿Qué digo linda? ¡Hermosa! Blanca, con un ojo azul y otro marrón, bien peluda, muy dócil y cariñosa. Hasta que se enamoró.
Ese gato, de visita cada noche, no maullaba, aullaba. Era su forma de vengarse porque no le permitíamos que viera a su adorada. Un gato sato, de la calle, feo como él solo ¿cómo se le ocurría fijarse en nuestra Plutarca? Pero ella no pensaba lo mismo. La razón no manda en el corazón. Debí haberla operado entonces y todo se hubiera evitado. Muy tarde llega el arrepentimiento. Un buen día, se escaparon juntos. Volvió como a la semana; sola y con bono incluido. Notamos que iba engordando, y de pronto, amamantaba a cuatro, los cuales también un tiempito después escucharon la orden divina de “creced y multiplicaos”.

Así, sin darme cuenta, llegamos a tener once gatos, dieciséis, ¡veinte!
Allí estaba Ulises, hermano de Moisés, hijo de Canela, hija de Karina, hija de Plutarca.
Allí estaba también Atila, hermano de Edipo, hijo de Yocasta, hermana de Karina, hija de Plutarca.
Allí estaban otros que ni siquiera llegaron a tener nombre: “el peludo”, “el bizco”, “el chiquito”, “el bobo”, “el tuco”, “el pinto” y otros epítetos que no creo prudente mencionar. Todos nietos, biznietos y tataranietos de Plutarca.
Ya no se sabía quien era madre o padre de quién, quiénes los hijos, quiénes los hermanos.

Y los gatos poblaron la casa.
Y salían por las ventanas. Y subían a las mesas.
Y rebuscaban por la cocina.
Y estaban en las butacas.
Y había pelos en los muebles.
Y pulgas en todas partes.
Y alergias y asma.
Y peste a orín.
Y todos mamaban de todas.
Y se ensuciaban en los rincones más apartados
Y en los jardines más decorados.
Y colgaban por las lámparas.
Y en los aleros.
Y en cada esquina de la casa.
Y en la urbanización entera.
Y los vecinos se quejaron, protestaron, rabiaron
Y aparecieron gatos envenenados
Y seguían naciendo gatos.
Y más gatos. Lindos, feos, blancos, negros, gordos, flacos.
Y llamaron al departamento de Sanidad.

Y llegó el ultimátum:
—Tiene dos semanas para salir de esos gatos, señora, so pena de multa y desacato.

Un día, mientras los niños no estaban, recogimos cada uno de aquellos animalitos, los llevamos al campo... y allá los dejamos. Llevarlos al refugio hubiera sido entregarlos a la muerte. Echarlos lejos era abandonarlos a su suerte, sí, pero con la posibilidad de sobrevivir libres. Ahora no sé que hubiera sido más piadoso. Fue una solución desesperada, necesaria, obligada. Quizás errónea.
Si terrible fue ver las caritas desconcertadas de los niños a su regreso de la escuela, más difícil fue contestar a una pregunta que surgió a coro:
—¿Mami, dónde está Plutarca?

En lo que me quede de vida, espero no ser adoptada por otra gata.

Siluz

20 de julio de 2008

en el Día del Amigo

A los amigos nos unen los recuerdos, las experiencias compartidas, las risas y las lágrimas.
Hay amigos con los que vivimos día a día aun en la distancia; otros a los que dejamos de ver por años pero cuando nos reencontramos es como si nunca nos hubiéramos alejado.
Hay amigos que nos conocen tanto que pueden adivinar nuestros pensamientos y anticipar nuestras reacciones.
Hay amigos con los que crecimos, con quienes pasamos de los juegos al estudio, de la niñez a ser adultos.
Hay amigos que nos acompañaron en ciertas etapas, que fueron esenciales en momentos críticos y nos ayudaron cuando el mundo se venía abajo.
Hay amigos que se alegran cuando tenemos éxito, aplauden nuestros triunfos y nos estimulan a seguir adelante.
Hay amigos que siempre han estado, a quienes no hay que llamar porque saben cuando los necesitamos.
Hay amigos con quienes compartimos aficiones, vitoreamos a nuestro equipo, botamos la frustración cuando los nuestros pierden y celebramos las victorias.
Hay amigos que nos ayudan a desarrollarnos, que evalúan nuestros trabajos, nos dicen con sinceridad si es bueno o es malo y nos dan sugerencias para mejorarlos.
Hay amigos que nos aconsejan, nos dicen la verdad aunque sea dura, comprenden nuestros errores sin enjuiciarnos.
La vida es más fácil porque...¡hay amigos!
El único requisito para tenerlos es que hay que serlo pues la amistad es una carretera de doble vía que no se transita solo. Gracias por permitirme ser tu amiga.
Y poderte llamar amigo.
Siluz
El Día Internacional del Amigo tiene origen en Argentina, y se lo debemos a Enrique Ernesto Febbraro, un profesor de Psicología, Músico y Odontólogo que un 20 de julio, en honor a la llegada del hombre a la luna, envió mas de 1000 cartas a diferentes países. Le respondieron 700 personas y enseguida, el Día del Amigo quedó instaurado en 100 naciones diferentes. Su iniciativa tuvo éxito ya que cada 20 de julio, en muchos países, los amigos esperan reunirse y dedican un día a la amistad.
Enrique Ernesto Febbraro fue candidato dos veces al Premio Nobel de la Paz.

5 de julio de 2008

Máscaras de sal

“Debe haber algo extrañamente sagrado en la sal:
esta en nuestras lágrimas
y en el mar”.
Khalil Gibrán

A mis hijos


El ser humano siempre se ha sentido atraído por las máscaras. Presentes en los rituales de la mayoría de los pueblos, éstas han tenido funciones sociales, religiosas y culturales. Hay la creencia de que el portador adquiere las propiedades de lo que representa y hasta que le transfiere su fuerza y energía vital.
Desde los cultos dionisíacos, los actores griegos ocultaron el rostro tras una máscara. Era parte de su transformación y le otorgaba las características propias del personaje que interpretaría.
Los materiales para su realización han variado según la época, la región, el pueblo, el propósito, el significado. Se han confeccionado en barro, madera, fibras vegetales, pieles, plumas, hueso, telas, metales, piedras.


Tres hermanos teatreros se han dado a la tarea de construir las suyas. Naturales de Vega Baja, un pueblo cuya playa es de las más hermosas de Puerto Rico, fueron criados entre tablas y luces, viendo y haciendo teatro, respirando teatro, amando el teatro. Sus máscaras solo pueden ser de sal marina, obtenida de las aguas del océano Atlántico el cual baña la costa norte de la isla.

Los antiguos declaraban que la sal era inmaculada pues provenía de las dos cosas más puras en el mundo: el sol y el mar. Los alquimistas la consideraban el quinto elemento: fuego, agua, tierra, aire y sal. En la Biblia se hacen alusiones a que los escogidos son “la sal de la tierra”. Es símbolo de pacto, de alianza, de amistad. Se considera indestructible, purificadora, incorruptible.
El teatro ha sido, es y será la sal de sus vidas. Tienen el compromiso de sazonar las de los demás. Han atado un lazo inquebrantable entre ellos, los amigos, colaboradores y con el público.

A subir a escena portando“Máscaras de sal”. Han dado ya la tercera llamada...



Elsia

26 de junio de 2008

Serrat y yo

Tenía sed de veinte años, cuando vi a Serrat por primera vez. Estudiaba en la universidad de Puerto Rico y el catalán visitaba nuestro teatro para ofrecer un concierto. Con mis amigas inseparables (Dios y mi canto saben a quien nombro tanto) me escondí tras bastidores para verlo cerca y gratis. Joan Manuel en casa, no podíamos creerlo.
Sabía de memoria muchas de sus canciones y le gritaba en silencio: “me gusta todo de ti”. Admiraba al Serrat rebelde, de pelo largo, mirada pícara y sonrisa hermosa que nos ilusionaba con poema de amor y su “porque te quiero a ti, porque te quiero...” Quizás no lo comprendía como lo hago hoy, las palomas también se equivocan. A pesar de que hemos envejecido juntos, ya él proclamaba “¿dónde, dónde fue mi niñez?” y yo todavía me sentía muy cercana a ella. Fue sin querer, me fijé en el Serrat hombre, en el artista, luego en el pensador y poeta. Canté “golpe a golpe, verso a verso” cada vez que mi calle se vistió de fiesta y soñé conocer un día el Mediterráneo. Me gustó cuando decía “ara que tinc vint anys”. Lo amé cuando dijo: “fa vint anys que tinc vint anys” y lo admiré cuando pudo decir: “hace veinte años que dije que hace veinte años tuve veinte años”.
Sus canciones me acompañaron en muchas de las etapas de mi vida, en los momentos más tristes, en los más felices. Escucho a Serrat cuando estoy nerviosa, melancólica, deprimida, ansiosa, pero también cuando estoy contenta, optimista, esperanzada, tranquila.
Me identifiqué con Lucía, llegué a creer que era caprichoso el azar y a tener fe en que hoy puede ser un gran día y mañana también. Me he visto entre un hola y un adiós, estoy convencida de que la vida te la dan pero no te la regalan y que de vez en cuando
nos besa en la boca.
Pasé por la niñez imitando a mi hermana
y lloré cuando se fue de casa por primera vez. Sé que a menudo los hijos se nos parecen, y también les pregunté ¿qué va a ser de ti lejos de casa?” cuando empezaron a abandonar el nido. Tuve que ponerme un vestido viejo y de reojo en el espejo hacer marcha atrás para recordar que también tuve un sueño en la piel.
Hoy que comprendo que todos llevamos un viejo encima, que he andado muchos caminos, que las pequeñas cosas que nos dejó un tiempo de rosa me siguen haciendo llorar y que continúo luchando para la libertad, hoy me declaro serratiana eterna. Mi corazón se echa
a volar como un cometa cuando escucho la voz del músico pariendo música... bendita música...
Serrat, eres único. Yo no sé que sería de mí sin ti.
Serrat, eres.... ¡Serrat!


Siluz

Ignacio Copani y Serrat:


23 de junio de 2008

En la noche de San Juan

“...en la noche de San Juan,
cómo comparten su pan,
su mujer y su gabán,
gentes de cien mil raleas”.Fiesta – J.M. Serrat
No sé si porque mi abuelo se llamaba Juan o porque pasé toda mi niñez y adolescencia en San Juan de Puerto Rico o porque para mi familia cualquier excusa era buena ocasión para ir a la playa, la víspera de la noche de San Juan fue y sigue siendo de especial significado para mí.

Recuerdo que nos íbamos desde temprano en la tarde. Mi abuela llevaba una olla de arroz con pollo, Mami todos sus bártulos para hacer una buena caseta y guarecernos de la lluvia que esperábamos no cayera, los tíos preparaban la fogata para espantar los espíritus (y los mimes, mosquitos y otros insectos) y los niños corríamos al mar según pisábamos la arena. A las doce era preciso tirarse de espaldas para sacarnos de encima todo lo malo. Tres veces.

Aprendí desde joven que era una noche única, mágica. Escuché innumerables rituales, algunos de los cuales practiqué. Recuerdo que una vez puse bajo mi almohada tres habichuelas -he oído que también puede hacerse con ajos- una, con cáscara, otra, a medio pelar y otra pelada por completo. En la mañana se sacaba una sin mirar y según la tradición, así sería el status económico del futuro marido. Por supuesto, escogí la pelada. Esto no falla. También puse un papelito con tres nombres de pretendientes. Tenía que buscar uno en la mañana y ese se convertiría en mi prometido. Me salió el más guapo de todos, el que más me gustaba... y con el que no me casé.

Hay unos rituales que no tuve la oportunidad de hacer o no me atreví. Eso de mirarse a las doce en el espejo y ver en la imagen reflejada su destino suena algo escalofriante. Para otros, hay que tener mucha imaginación. Tiré una clara de huevo en un vaso pero no vi ni barcos ni ataúdes (¡menos mal!) ni trajes de novia. Seguí viendo una asquerosa clara de huevo pasada por agua. Tampoco me corté el pelo en la noche de San Juan (rara vez lo he hecho en toda mi vida) pero eso no ha sido razón para tener mala suerte.


Felicidades en su santo a Juan Noel, Juan Arturo y a todos los que llevan este nombre (y sus derivados) en esta tierra de Juanes.
Y si esta noche ves una estrella fugaz cruzando el cielo es un beso que partió desde esta costa de Vega Baja y quiere alcanzar a mi abuelo Juan allá en su morada eterna.
Siluz
No dejes de ver este anuncio de Ace que retrata nuestra tradición sanjuanera, tradición que no borra la distancia ni el tiempo...


Esta noche es víspera de San Juan. Una vez más ¡al mar! De espaldas. Hoy las aguas están bendecidas por el Bautista. Hoy todos los ríos y mares llevan una gota del Jordán. ¡A prender las fogatas! El fuego hoy es divino y purificador.
¡A seguir la tradición! ¿Para alejar lo malo y atraer la buena suerte? Que va, para pasarla bien. Son costumbres que tienen que pasar de mis abuelos a mis nietos. Que somos boricuas y es San Juan nuestro patrono!

6 de junio de 2008

Día de playa

A mis ahijadas,
que son también un poco hijas mías.
Siluz

Llega el verano y con él, las vacaciones. En casa, tres chicos deseosos de correr al aire libre, nadar en las aguas azules y cálidas de la costa, hacer castillos en la arena, jugar con la bola de aire recién comprada, broncear más sus pieles morenas. Impacientes por complacerlos y con poco presupuesto, invento pasadías. La isla ofrece en cada rincón un buen sitio para disfrutar de la naturaleza en familia.
—¿Echaste el carbón?
—No se te olviden los fósforos, como la última vez.
—Tenemos que parar a comprar hielo.
La neverita ya está repleta de refrescos, frutas y jugos. Lleno el bolso con salchichas, pan, hamburguesas, presas de pollo, galletitas. Todo lo que encuentro en el refrigerador que pueda asarse a la parrilla y que estará listo cuando se cansen de chapotear y pronuncien a coro el acostumbrado: “ ¡Mami, tengo hambre!”
Pongo un rollo a la cámara. Acostumbro preparar álbumes por fechas, por temas, por hijo. Ya tengo una colección de fotografías impresionante: “Sonrisas angelicales”, “Surgen los dientes”, “Aprendiendo a caminar”; ¡hasta los destrozos que hizo el menor en su primera caminata por la casa!
Miro el anaquel donde están todos colocados. Los conozco de memoria: el álbum con las fotos de cada comienzo de clases estrenando uniformes y mochilas, el de la mayor cuando se graduó de sexto grado, el de los premios que ganara el del medio en los torneos de Taekwondo, el del pequeño con el disfraz de coquí que confeccioné en una noche para la obra escolar en la que luego él se negó a salir.
Cada momento con ellos captado para la eternidad.

—Mami, ¡llegó Madrina con las nenas!
Los compadres me acompañan en todas las locuras que se me ocurren. Son los padrinos de mis hijos y yo la madrina de las cuatro de ellos. Como los tres somos maestros compartimos el mismo tiempo de vacaciones. Un día, alquilamos una película y preparamos palomitas de maíz. Otro, hay taller de artesanía. Pinturas, crayolas, revistas de colores, cartones, pega, cartulinas, periódicos, escarcha; todo sirve para crear esa obra de arte que luego mostrarán orgullosos. Mañana quizás los adultos seamos el público de esos titiriteros noveles quienes nos presentarán una pieza escrita por ellos con los muñecos que hicieron.

Dos meses de vacaciones; sesenta días para entretener a siete niños llenos de vitalidad.
Y si se unen los sobrinos y los primos de los primos formamos un campamento. Lazos que continuarán en la adolescencia y ¡más allá!

Hoy nos toca ir de playa, la diversión que sin duda más los emociona. La niña despertó con el traje de baño ya puesto. El mayor de los varones espera en la “mini-van”; cinturón de seguridad amarrado, ventanilla asegurada. El más chico, se envuelve en la enorme toalla de Woody, su personaje favorito, dispuesto a lanzarse al agua según llegue.
—¿Nos vamos?
Palabras mágicas. Dicho y hecho. El entusiasmo es contagioso entre los niños, quienes sin notarlo, recopilan sus propios recuerdos de infancia. Crecerán, más pronto de lo que nadie imagina. Dentro de poco, escogerán sus amigos, diversiones, prioridades, intereses. La universidad, el matrimonio, viajes, proyectos, trabajo; en fin, la vida le trazará a cada uno rumbos diferentes.
Mientras, conservo mis imágenes en fotografías que miraré una y otra vez,
quizás con la vista nublada ya por la edad o la nostalgia.
Sí, llegará ese día, más no es todavía. Hoy aún puedo gritar:
—¡Al agua, chicos!

A mí me dieron el mar:
Piero

22 de mayo de 2008

Siete nominaciones para Puerto Rico en Festival 15/15

El Festival 15/15 es un certamen anual que proporciona el reto creativo de hacer un cortometraje de 15 minutos o menos, en 15 horas. Es un evento con sede en Melbourne, Australia y coordinado a través del mundo.

El único requisito para los participantes es que sigan las bases del festival:
1. El corto tiene que hacerse entre 08:00 - 23:00 (El día de grabación este año fue el 8 de Marzo)
2. Las películas no deben durar más de quince minutos (incluyendo títulos y créditos)
3. Las películas deben contener el objeto secreto (este año fue una llave) en 85% de los planos o más.
4. Debe utilizarse la cita secreta por lo menos una vez en algún momento importante.

Las nominaciones para la edición 2008 ya han sido anunciadas y se destacan tres cortometrajes puertorriqueños.
"Patas" está nominado en la categoría de mejor corto animado.
"Homenaje To..." cuenta con una nominación a mejor diseño de producción. Narra la historia de cuatro personajes, unaLlorona, una Maja, una Geisha y una reina que se reunen para rendir homenaje a un personaje desconocido. ." El corto rinde homenaje a Freddie Mercado, como el mejor 'performer' y artista plástico de Puerto Rico. " comenta Orlando González, director y guionista. “No hay una gran historia ni un mensaje trascendental. No hay grandes efectos. Sólo se quiere lograr un ‘mood’ más bien jocoso y relajado." Añadió: “Entiendo que mejor diseño de producción indica que todos los elementos escogidos están bien escogidos. Ganar sería excelente, pero la nominación es ya un gusto."
"Un Día Cualquiera", cuenta con cinco nominaciones en las categorías de mejor director, mejor fotografía, mejor uso del objeto, mejor guión y mejor comedia. Eduardo Rosado, director, se mostró contento con la noticia. "Las nominaciones son una sorpresa. No me lo esperaba. Tenía mucha fe en el trabajo del elenco y en la historia de Cesar Rafael Castillo. Habíamos delineado una historia al principio, pero Cuando César y Noel Ernesto(actor del corto) me presentaron la idea, tuve que con mucho dolor dejar la que tenía y a casi las 2 de la tarde comenzar a grabar la nueva propuesta. Pero obviamente no me arrepiento".
"Un Día Cualquiera" narra la historia de tres empleados de un mafioso y sus obligaciones en un día de trabajo normal. El corto cuenta con las actuaciones de Noel Ernesto(ganador del Mejor actor en Cine Fiesta 2007 por "Peor es Nada"), César Castillo, Emil Soler, Daniel Torres, Kathy García, Carlo de León, y Jonathan Rivera. La fotografía y edición estuvieron a cargo de Emmanuel Díaz.

Noel Ernesto, Emil Soler y Daniel Torres son vegabajeños, producto de nuestra escuela superior Lino Padrón Rivera y estudiantes de la Universidad del Sagrado Corazón de Santurce. ¡Éxito!

Para más información sobre lo que acontece en el Festival, visita:
http://www.filmfestival15.com/en/archives/nominations
Parte de la información fue tomada de: http://cinemovida.net/short_frecuency

19 de mayo de 2008

Empatía

Si preguntan por mí...
diles que salí a cobrar la deuda
que tenían conmigo el amor,
el fuego, el pan, la sábana y el vino,
que eché llave a la puerta y no regreso”.

Beatriz Zuluaga



Por la ventanilla veíamos cómo el ala del avión rompía la gigantesca nube. Ella viajaba con su hija, de unos tres años, a quien acomodó en el asiento central. No era muy conversadora o quizás estaba nerviosa por la altura. Creo que solo notó mi presencia al intentar pasar para llevar a la niña al baño. Yo, próximo al pasillo, entorpecía el paso. Cortés, me levanté. Sonrió. Al regresar, les di unas cajitas con una merienda que repartieron en su ausencia. Dijo “gracias” y volvió a sumergirse en sus pensamientos. Supuse que volaba por primera vez y era la razón para esa expresión de miedo. Aunque en realidad lo único constante era el silencio. A riesgo de parecer imprudente, no dejaba de mirarla. Percibía sentimientos simultáneos encontrados: tristeza, ilusión, rencor, soledad, temor, preocupación, esperanza.

Por lo general leo en los aviones. En esta ocasión se me hizo imposible. Y en algún momento me dormí. Vagaba perdido entre sueños cuando escuché a la niña preguntar:
—Mamá, allá donde vamos...¿nos encontrará papito?
“Extraña a su papá” especulé con algo de envidia. Me sorprendió su respuesta:
—No te preocupes, Lizbeth. Papito no volverá a molestarnos.
No sé si la conversación de la niña con su madre era imaginaria o real, tampoco si transferí a ellas viejas culpas. Mas en un segundo me percaté de toda la tragedia. Ambas iban a rehacer su vida lo más lejos posible de un hombre que las atormentaba. Como escenas de una película, divisé a esta madre, en silencio y a hurtadillas, aprovechando cada ausencia de él para recoger sus pertenencias. Distinguí una habitación infantil, no hace mucho arreglada con ilusión, desarmada en abrupta huida. Sentí la búsqueda del coraje necesario para deshacer su hogar, salir y cerrar la puerta para siempre. Las vi pedir amparo en un refugio para mujeres maltratadas. Imaginé a un trabajador social entregándole presuroso, dos pasajes, solo de ida.
Supe en ese instante que esta niña crecería lejos de la influencia negativa de su padre y que pronto ni lo recordaría.
—Pasajeros cuyo destino final es Panamá, favor de cumplimentar el documento requerido para su entrada al país.
La joven no llenó el papel de aduana por lo que deduje que estaba en tránsito hacia otra ciudad.
Sus ojos seguían fijos en la ventanilla.
El rey amarillo lucía imponente sobre el manto azul. “Cada noche nos regala un nuevo día”, medité.
—Que sea lo que Dios quiera —la oí murmurar.
Estaba seguro. Eran dos víctimas más de violencia doméstica.
La ayudé a bajar su equipaje de mano de la tablilla superior. Aproveché para despedirme.
—Cuando uno escapa de su mundo es porque se ha visto obligado. Has hecho lo correcto. No será fácil pero saldrás adelante. Deseo que todo les salga bien, por ti y por ella.
Me miró extrañada. ¿Cómo podía yo saber? Pero sabía. Y estaba seguro de no equivocarme.

Seguí camino a recoger mis maletas. Ellas se dirigieron hacia alguna salida pues daban la primera llamada para su vuelo. Miré atrás para decirles adiós pero se me perdieron entre la lluvia de pasajeros que inundaban todos los pasillos.
Pensé entonces en el hombre del cual huían. Yo también conozco lo que es asfixiarse en soledad, quemarse el alma en culpas y remordimientos, presumirse inocente y descubrirse culpable, buscar excusas geniales para justificar lo indefendible. Yo sé lo que es perder a quién más se ama.

No las volví a ver. Como tampoco a mi hija. Quizás, hace quince años, alguien la escuchó preguntar si yo las encontraría. No lo hice.

¡Qué sola habrá quedado tu casa, Lizbeth! Tal como ha estado desde entonces la mía...


Elsia Luz Cruz Torruellas
(Siluz)

9 de mayo de 2008

Alguien dijo

Alguien dijo que un niño se lleva en el vientre durante nueve meses.
Ese alguien no sabe que un hijo se lleva en el corazón toda la vida.


Alguien dijo que toma unas seis semanas volver a la normalidad después de dar a luz.
Ese alguien no sabe que después de dar a luz la normalidad no existe.

Alguien dijo que se aprende a ser madre por instinto.
Ese alguien nunca fue de compras con un niño de tres años.

Alguien dijo que de "buenos“ padres salen hijos "buenos".
Ese alguien piensa que un hijo viene con instrucciones y garantía.

Alguien dijo que las "buenas“ madres nunca gritan.
Ese alguien nunca vio a su hijo romper con una pelota la ventana del vecino.


Alguien dijo que no se necesita una buena educación para ser madre.
Ese alguien nunca ayudó con una tarea de matemáticas de cuarto grado.

Alguien dijo que no se puede amar al tercer hijo como al primero.
Ese alguien no tuvo tres hijos.

Alguien dijo que se pueden encontrar en los libros las respuestas a todas las preguntas sobre como criar hijos.
Ese alguien no tuvo un hijo que se metió una semilla en la nariz.

Alguien dijo que lo más difícil de ser madre es el parto.
Ese alguien nunca dejó a su hijo en la escuela el primer día de kinder.


Alguien dijo que una madre puede hacer su labor con los ojos cerrados y una mano atada a la espalda.
Ese alguien nunca organizó la fiesta de cumpleaños de su hija.

Alguien dijo que una madre puede dejar de preocuparse cuando los hijos se casan.
Ese alguien no sabe que el matrimonio agrega yernos y nueras al corazón de una madre.

Alguien dijo que el trabajo de una madre termina cuando el último hijo se va del hogar.
Ese alguien ¡no tiene nietos!


¡Feliz día de las Madres!


Gracias, Héctor Orlando, por un día enviarme este escrito.

1 de mayo de 2008

El Primero de mayo y los Mártires de Chicago

Conmemoremos en Puerto Rico, como en el resto del planeta, el verdadero Día del Trabajador, hoy primero de mayo.

La historia del Primero de Mayo es la de "Los Mártires de Chicago". Corría el l880, y la Federation of Organized Trade and Labour Union ( federación de organizaciones de sindicatos de trabajo y comercio de EE.UU.), veía la luz. Las huelgas de ferroviarios, las reuniones y las grandes movilizaciones obreras eran reprimidas a fuerza de balazos, golpes y prisión.

La Ley


En l886, el Presidente de los EE.UU. Andrew Johnson promulgó la ley llamada Ley Ingersoll, que establecía ocho horas de trabajo, y por supuesto no entró en vigor. La federación resolvió entonces, imponer mediante una Huelga General en todo EE.UU., a partir del primero de Mayo de l886, la jornada laboral de ocho horas, para reemplazar la de 12 o 14 horas diarias, a la que se encontraban sometidos tanto varones como mujeres y niños a cambio de salarios miserables.
El corazón del movimiento a nivel nacional, estaba en Chicago, y logró apoyo masivo.

La Huelga

El primero de Mayo llegó y decenas de miles de trabajadores y desocupados salieron a la calle en diversas ciudades de EE.UU., como Nueva York,, Detroit e incluso Cincinnati. En Chicago, la huelga paró casi completamente la ciudad.Numerosas empresas como la fábrica de materiales Mc Cormick contrataron verdaderos ejércitos privados para romper las reuniones y asambleas convocadas por los huelguistas.
El 3 de Mayo mientras una parte de los huelguistas junto con sus familiares se congregaban frente a la planta de Mc Cormick , llegaron las fuerzas del "orden" cargando contra los manifestantes, reprimiendo brutalmente a trabajadores, mujeres niños y ancianos, con un saldo de varios muertos y heridos.

La Bomba

La siguiente asamblea fue realizada en un lugar abierto denominado Haymarket. La reunión había transcurrido sin ningún incidente y en el momento en que se encontraba hablando el último orador , mientras la gente se dispersaba por la lluvia y apenas quedaban unos cientos de huelguistas, se presentó un destacamento de 200 policías fuertemente armados ordenando a los presentes dispersarse.
De pronto en el cielo apareció un objeto luminoso que explotó hiriendo a varios, y la policía transformó Haymarket en zona de tiro a mansalva. Cientos de huelguistas fueron heridos, varios acribillados, y la sangre tiñó las calles de Chicago. Nadie sabe quien arrojó la bomba, existen versiones firmes, que señalan la autoría de un provocador de nombre Rudolf Schnaubelt, quien a pesar de ser detenido dos veces, en cada ocasión recuperó la libertad.

La persecución

Los dueños del poder político y económico utilizaron este acontecimiento para desatar una cacería de brujas en contra de los dirigentes de la federación, en especial aquellos identificados como anarquistas. Se clausuraron los periódicos, se allanaron las casas y locales obreros y se prohibieron las asambleas y reuniones políticas. Los periódicos señalaron con el dedo acusador a los dirigentes anarquistas, pidiendo para ellos cárcel y horca.

El juicio

El juicio fue vergonzosamente manipulado, se los acusó de complicidad de asesinato, aunque nunca se pudo probar relación alguna con el incidente de la bomba, entre otras cosas porque la mayoría de ellos no habían estado presentes en el lugar de los hechos, mientras uno de los dos que sí se encontraba era ni más ni más ni menos que el orador.
El jurado estaba formado por hombres de negocios y un pariente de uno de los policías muertos . El fiscal, sin más, aclaró que se acusó a los prisioneros porque fueron los líderes de la jornada, solicitando un castigo ejemplar que permitiera salvar las instituciones en peligro.

La horca

Cuatro dirigentes anarquistas, a saber: Spies, Parsons, Engel y Fischer, fueron llevados a la horca, al mediodía del viernes 11 de noviembre de 1887.

Los funerales

Los funerales de los que ya mismo se empezó a llamar Mártires de Chicago se efectuaron el día 12 de noviembre de 1887. El ataúd de Spies iba oculto bajo las coronas; el de Parsons, escoltado por 14 obreros que llevaban una corona simbólica cada uno; el de Fischer, adornado con guirnaldas de lirio y clavelinas; los de Engel y Lingg (quien se suicidó un día antes, en su celda), envueltos en banderas rojas. Las viudas y los deudos, de riguroso luto, y encabezando el cortejo un veterano de la guerra civil, con la bandera de los Estados Unidos. 25.000 personas asistieron a las exequias y otras 250.000 flanquearon el recorrido. Durante días las casas obreras de Chicago exhibieron una flor de seda roja clavada a su puerta en señal de duelo. (según el relato de José Martí en el periódico La Nación)


El error

En 1893, un nuevo gobernador de Illinois, John Atgeld, accedió a que se revisara el proceso. Las diligencias practicadas por el juez Eberhardt entonces establecieron que los ahorcados no habían cometido ningún crimen y que “habían sido víctimas inocentes de un error judicial”. Schwab, Fielden y Neebe fueron puestos en libertad. La hermana del testigo Waller demostró al juez que todo lo dicho por él era falso y cómo se había comprado su testimonio; se recogieron declaraciones contra el capitán Bonfield, que había manifestado: “Dénme unos tres mil de esos anarquistas y yo sé lo que voy a hacer con ellos”; se probó cómo el procurador especial Rice dispuso la integración espúrea del Jurado y otros delitos semejantes. Pero ya era demasiado tarde. Aquellos inocentes, “víctimas de un error judicial”, estaban muertos.


¿Y del Día de los Trabajadores.., del 1° de mayo..., qué fue en los Estados Unidos?

El dirigente Peter J. Mac Guire había propuesto en 1882 en un mitin de la Central Labor Union, de Nueva York, celebrar el primer lunes de septiembre como “Fiesta de los que trabajan”. Así nació el Labor Day norteamericano, que se celebró el lunes 5 de septiembre de 1882 por primera vez con un desfile, concierto y picnic. Desde entonces, y más aún luego de los sucesos de Chicago, el sindicalismo oficial de los EE.UU. con apoyo del Gobierno, celebra esa “fiesta” cada primer lunes de septiembre y ha ayudado con celo inigualable a los patrones para que millones y millones de trabajadores se olviden del real sentido del 1º de mayo, y hasta de la fecha misma. Pero no podrán borrar sobre su propio territorio, ni sobre toda la faz de la Tierra, la sombra oscilante de los ahorcados de Chicago.