se le borraron las pecas
y su mundo de muñecas pasó...”
J. M. Serrat
Mirarme; eso es lo primero que hace cuando se levanta. En su camino a lavarse la cara y los dientes pasa por mi lado y me enciende. Al regresar, ya estoy lista a servirla. Se sienta frente a mí y sonríe. Ahí permanecerá hasta que le avisen:
—Roxana, ven a desayunar.
Eso hizo cada mañana... hasta anoche. Hoy todo es distinto. La niña no durmió en casa. Estuvo conmigo hasta bastante tarde. Luego la vi echar alguna ropa en su mochila. Colocó sobre el monitor el osito de peluche con el que aún dormía y se fue. Sentí que me decía adiós.
—Roxana, se te va a hacer tarde para la escuela.
Es doña Teresa, entra a la habitación. Ve una carta sobre la cama. No puede creer lo que lee. Pienso que se va a desmayar. Llama a don Luis. Discuten. Ella llora. Él grita. Por alguna razón me echan la culpa de lo ocurrido. Me conectan. Quieren encontrar en mí datos que ayuden a descubrir la razón de su huida. Necesitan saber con quién habló anoche antes de partir. Pero ella tuvo la cautela de borrar todos los mensajes. Solo olvidó eliminar esa última foto tomada. Esa a la que él comentó: “ya eres toda una mujer”.
Podría contarles mucho sobre él. Menos su nombre. Nunca lo dijo. Siempre se hizo llamar “mystery man” Así, con dos y, que muchas veces ella se confundió y él le escribía, “con y, negrita, con y”. Charlaban horas largas, en ocasiones hasta el amanecer. Ese hombre le enviaba canciones, fotos, planes, sueños, mentiras. Con él se ilusionó tanto que ha sido capaz de dejar atrás escuela, padres, amigos, casa y comodidades para lanzarse en pos de una aventura.
Si hubiese podido advertirle. Roxana solo tiene quince años. Él le decía tener veinte, quizás la mitad de lo que tiene en realidad. Él le juró amor eterno; ella creyó ser la única en su vida. Él le adornó con rosas el lecho y ella no vio que eran más las espinas. Partió hipnotizada por su perfume. Será una agonía su despertar... quién sabe dónde y con quién...
“Noticia de última hora. Alerta Ámbar*. Cuatro adolescentes han sido reportadas desaparecidas por sus familiares. Un hombre de cincuenta y cinco años, quien se alega atrae a sus víctimas a través de Internet, parece ser el elemento común en los cuatro casos. Se teme hayan sido secuestradas para ser vendidas a una red de prostitución internacional. Todas las chicas están entre los catorce y los dieciséis años”.
Siluz
Nota: Se emiten Alertas Ámbar (“America's Missing: Broadcasting Emergency Response”) por radio, televisión, satélite y otros medios en caso de niños secuestrados para comunicar al público información clave sobre el niño desaparecido y el sospechoso en las primeras horas de ocurrido el hecho.
1 comentario:
Es una lástima que un medio tan importatnte para muchos, sea utilizado por depredadores para la caza de víctimas inocentes, que apenas conocen de la vida.
Un abrazo desde mi rincón.
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