18 de noviembre de 2009

La Borinqueña

La mayoría de los himnos nacionales son gritos de libertad, llamadas a la lucha, alabanzas a la victoria, invocaciones a la guerra, expresiones contra el enemigo, glorificaciones de los héroes y aclamaciones a la independencia del país. Veamos como ejemplo algunos fragmentos de los himnos latinoamericanos.
En Argentina cantan:

Oid mortales el grito sagrado
Libertad, Libertad, Libertad
oid el ruido de rotas cadenas
ved en trono a la noble igualdad.
Sean eternos los laureles
que supimos conseguir
coronados de gloria vivamos,
o juremos con gloria morir.

En Bolivia:

Bolivianos: el hado propicio
coronó nuestros votos y anhelo;
es ya libre, ya libre este suelo,
ya cesó su servil condición.


De la patria el alto nombre
en glorioso esplendor conservemos
y en sus aras de nuevo juremos
¡Morir antes que esclavos vivir!

En Chile:

Dulce Patria recibe los votos
con que Chile en tus aras juró
que, o la tumba serás de los libres,
o el asilo contra la opresión.


Si pretende el cañón extranjero
nuestros pueblos osados invadir,
desnudemos al punto el acero
y sepamos vencer o morir.

En Cuba:

Al combate corred bayameses
que la Patria os contempla orgullosa
no temáis una muerte gloriosa,
que morir por la Patria es vivir

En cadenas vivir, es vivir
en oprobio y afrenta sumido.
¡Del clarín escuchad el sonido,
a las armas valientes corred!

En México:

¡Patria! ¡Patria! tus hijos te juran
Exhalar en tus aras su aliento,
Si el clarín con su bélico acento
Los convoca a lidiar con valor.

Mexicanos, al grito de guerra
El acero aprestad y el bridón,
Y retiemble en su centro la tierra
Al sonoro rugir del cañón.
En Perú:

Largo tiempo el peruano oprimido
la ominosa cadena arrastró;
condenado a cruel servidumbre
largo tiempo en silencio gimió.

Mas apenas el grito sagrado
¡Libertad! En sus costas se oyó,
la indolencia de esclavo sacude,
la humillada cerviz levantó.

En Republica Dominicana:

Quisqueyanos valientes, alcemos
Nuestro canto con viva emoción,
Y del mundo a la faz ostentemos
Nuestro invicto, glorioso pendón

¡Salve! el pueblo que, intrépido y fuerte,
A la guerra a morir se lanzó,
Cuando en bélico reto de muerte
Sus cadenas de esclavo rompió.

En Uruguay:

Orientales ¡la Patria o la Tumba!
¡Libertad o con gloria morir!
Es el voto que el alma pronuncia,
Y que heroicos sabremos cumplir
.
Son versos que expresan el orgullo de un pueblo que orgulloso canta unido, declarando su amor a la patria.  Cierto que hay países  cuyos himnos son instrumentales, aunque son muy pocos. España es ejemplo de esto.  La “Marcha Real” se ha cantado con diferentes letras pero nunca una de ellas ha sido declarada letra oficial.  Ni siquiera para actividades deportivas se ha podido aprobar una de las muchas versiones. 
En el caso de Puerto Rico el himno tiene letra pero quizás fuera mejor que fuera mudo.  En la actualidad se canta una versión paisajista, casi infantil que parece ser dirigida a niños de primaria. Canta a la belleza del mar y el sol, innegable,  pero intenta ocultar su ansia de libertad.

La tierra de Borinquen donde he nacido yo
Es un jardín florido de mágico esplendor.

Un cielo siempre nítido le sirve de dosel
Y dan arrullos plácidos las olas a sus pies.

Cuando a sus playas llego Colón,
exclamó lleno de admiración: Oh! Oh! Oh!
Esta es la linda tierra, que busco yo.

Es Borinquen la hija, la hija del Mar y el sol.
¡del Mar y el Sol, del Mar y el Sol,
del Mar y el Sol, del Mar y el Sol!

La Borinqueña no escapa de la controversia que acompaña casi todos nuestros asuntos referentes a la patria. Se dice que el verdadero autor de “La Borinqueña” fue un músico aficionado sangermeño. Don Francisco Ramírez quiso halagar a su novia y le compuso la canción que se hizo popular entre los jóvenes de la época.   En ocasión de la visita de una compañía teatral a San Germán, Ramírez conoció a Félix Astol con quien entabló amistad.  Astol, a pedido suyo, pulió la música de su canción, la cual convirtió en danza.
Bellísima trigueña, imagen del candor,
del jardín de Borinquen, pura y fragante flor.
Por ti se queda estático, todo el mortal que ve
tu aire gentil, simpático, tu breve y lindo pie.

Cuando te asomas a tu balcón,
la luz eclipsas del mismo Sol
la luz eclipsas del mismo Sol. ¡Oh! ¡Oh! ¡Oh!
Porque tus negros ojos dos rayos son
que al que los mira, niña, le abrazan el corazón.


Lola Rodríguez de Tió, poetisa también sangermeña, tras escuchar la danza  cambió los versos pueriles  por unos de sentido patriótico. Eran los días cercanos al Grito de Lares (1868) y se popularizaron con rapidez.  Quizás eso despertó la curiosidad de las autoridades por conocer al autor de la melodía y Ramírez se amilanó.  Tal vez le solicitó a su amigo Astol que asumiera la autoría pues siendo español nada tenía que temer.  La letra de Rodríguez fue considerada subversiva, enemiga de España y con aires de libertad e independencia, atributos que la hacían excelente himno revolucionario.

Despierta, borinqueño que han dado la señal
Despierta de ese sueño  que es hora de luchar
A ese llamar patriótico ¿no arde tu corazón?
Ven, nos será simpático el ruido del cañón.
Nosotros queremos la libertad.
Nuestro machete nos la dará
Vámonos Borinqueños, vámonos ya.
Que nos espera ansiosa, ansiosa la libertad.
La libertad.
 La libertad. La libertad.
La libertad.
Por supuesto, esto no era del agrado de los gobernantes de turno.  Para el 1901, ya invadida la isla por nuevos amos, surge una tercera versión.  Manuel Fernández Juncos, español radicado en la isla, escribe la letra.  Es ésta la que conocemos en la actualidad y la que nos representa en los eventos internacionales.
En 1952, se constituye el Estado Libre Asociado de Puerto Rico.  El gobierno colonial declaró como himno oficial a “La Borinqueña”. Don Ramón Collado convierte la danza en marcha y se interpreta por primera vez en los actos de la Proclamación de la Constitución.  No es hasta 1977 que se aprueba la versión de Manuel Fernández Juncos, como la letra oficial del himno, a pesar de que era reconocida así desde mediados de siglo.
Los himnos nacionales deberían unificar al pueblo que representan. Lo lógico es que fueran escritos por sus hijos como un sentimiento patrio.  Esto no pasa en Puerto Rico. Debemos ser el único país del mundo que tiene un himno nacional cuya letra y música fue escrita por ciudadanos del país conquistador. Debemos ser la única colonia del siglo XXI que (a excepción de en actividades deportivas donde se goza de identidad soberana) se canta el himno nacional acompañado por el del invasor.
Sin embargo, la letra revolucionaria se sigue cantando en actividades patrióticas y es grito de unidad, fervor y continuidad del pueblo que aún lucha por su independencia.   Es ésta versión de la puertorriqueña Lola Rodríguez de Tió la que muchos consideramos el verdadero himno nacional de Puerto Rico.

3 de noviembre de 2009

Comerciales excepcionales

Todos hemos sido bombardeados desde la infancia por la publicidad.  Ya sea por televisión, radio, cine, carteles o cualquier otro medio, ciertas marcas y mensajes alcanzan nuestros sentidos y cerebro. Y allí se quedan.  De una manera u otra, queramos o no, afectan nuestra forma de pensar.  Se ha reconocido este poder y cada vez se preparan mejores anuncios (comerciales o de servicio público) para llegar al público y modificar conducta y actitudes.
Los hay de todas clases: algunos olvidables; otros, unas joyitas.  Los hay ingeniosos, de mal gusto, graciosos, aburridos, creativos, flojos, impactantes, mediocres, excepcionales.
Noto que en muchos de ellos la madre es una figura esencial.  Se destaca que es el ser con quien, por lo general, nos podemos comunicar mejor.  Así piensan Movistar, Claro y Personal en su original publicidad.




Porque claro, lo más importante es la comunicación.  Y "si tu familia es de hablar mucho" mejor hacerle caso a Telecom:

Hay comerciales que atraen por su despliegue de humor.  ¿No le creen ustedes a la gente de la cerveza Isenbeck que "el que sabe, sabe"?

¿o que hay que ser un buen amigo en las buenas y en las malas?

Algunas dosis de humor pueden ser controversiales:

pero otros nos traen mensajes importantes de una manera impactante. Es la manera para que realicemos que somos los modelos de nuestros hijos, que ellos imitan lo que hacemos, que hagamos de nuestra influencia, una positiva.

Si después de ver éste, no usamos el cinturón de seguridad, es que no creemos que "el cielo puede esperar".

Y sin lugar a dudas, este comercial, ganador del Festival de Cannes  es uno lleno de ternura y sensibilidad humana.  Siempre los niños tienen tanto que enseñar a los adultos.