26 de octubre de 2008

Los nuevos molinos

La cooperativa no es otra cosa que la bondad organizada,
efectivamente organizada”.
Ana María O’
Neill


—Mujer de las Américas, Mujer de Puerto Rico, Cocinera del movimiento cooperativista, juro mantener vivo el fuego. Que descanse tu cuerpo, pues tu mente queda entre nosotros.

“Encendió la mecha en mi infancia. Con el diploma aún bajo el brazo, la señorita Ana María, junto a otros educadores, se propuso neutralizar el proceso de americanización en una población que empezaba a sentirse extranjera en su propia tierra. Convertidos en soldados de una guerra ajena y ciudadanos de segunda clase, el primer cuarto de siglo lucía confuso y desesperanzador para los habitantes de esta isla regalada.
Nuestra hora favorita era la del recreo. En ese momento olvidábamos el idioma impuesto y volvíamos a ser quienes somos.
—¿A qué jugamos hoy? —preguntó una de de las niñas.
—A indios y vaqueros.
—No, a la guerra.
—Mejor a pobres y ricos —dije.
—Y eso, ¿cómo se juega?
—Nos dividimos en dos grupos. Nosotros somos los pobres y ustedes, los malos, se quieren quedar con lo poco poquito que tenemos.
—¿Por qué no juegan mejor a que somos de la misma comunidad y nos organizamos para que nadie nos pueda hacer daño? —interviniste.
—¡Ay, señorita Ana María! Si pronto no quedaremos en San Lorenzo más que nosotros. To’s se están mudando pa’ la ciudad...
—Tu familia no se irá, tus amigos ni yo tampoco. Nos cuidaremos unos a otros.
—Seño, es que... ayer fueron unos hombres a casa. Grandes, blancos y colora’os. Quieren que le vendamos la finquita. Mi ma’i dijo que no pero por la noche lloraba. Piensa que nos sacarán de to’s modos. Quisiera ser grande, ¡no los dejaría!
—Serás grande, más de lo que imaginas. Andarás sobre mis huellas para luego yo seguir tus pasos. Si luchamos juntos no hay quien nos derrote. Verás que nadie nos quitará lo que es nuestro.
—Pero si Don Jaime y mi pa’i se juntaron pa’ hacer una verja y salieron peleando. Que si alambre, que si madera, que si era muy cara, que se escapaban los animales, que si entraba el gringo. Hasta agarró el machete y por poco deja a mi pa’i sin un brazo. Ni que él fuera el malo...
—No, no lo es. No podemos permitir que nos dividan. Trabajemos en cooperativas, la unidad y organización nos dará fuerza. Les enseñaré cómo.
—¿Sabe, señorita Ana María? Yo quiero ser cura cuando sea grande. Voy a rezar mucho para que Dios nos ayude. Pero además voy a luchar como usted para defender a los débiles y a los pobres. ¿Verdad que puedo hacer las dos cosas?
—¡Claro que sí, Antulio! Yo te abriré el camino. Quizás nos llamen Quijotes, ¡no importa! Derrotaremos a los gigantes. Claro que podrás, ¡claro que lo harás!”

—Hoy, frente a su féretro, puedo decirle que eran solo molinos, señorita. Tenía usted, razón. Aunque nuestros corazones fallen, las ideas permanecen. Siempre habrá alguien que empuñe la lanza. Gracias, Maestra. Misión cumplida.


Elsia Luz Cruz Torruellas
Cuento presentado en el certamen de Fedecoop
Cooperativa de la Federación de Maestros
Octubre, mes del cooperativismo
Monseñor Antulio Parrilla Bonilla
(1919-1994)
Patriota, Obispo Auxiliar de Caguas, Jesuita Perseguido, Defensor de los Oprimidos, y Líder Cooperativista
Monseñor Parrilla nació en San Lorenzo, Puerto Rico en 1919 y fue ordenado sacerdote diocesano en 1952. En 1957 ingresa al noviciado de los jesuitas, en La Habana. "Mi primer contacto con la revolución fue confesar milicianos que bajaban de la montaña y dar misa en un puesto militar de los rebeldes", cuenta. Convive después con los puertorriqueños pobres de Nueva York. Regresa al país en 1960. Su actividad pastoral y social es imparable. En 1965 fue consagrado Obispo Titular de Ucres y Auxiliar de Caguas. Más tarde dirigió el Seminario Regina Cleri de Ponce. Fue profesor en el Instituto de Cooperativismo de la Universidad de Puerto Rico. Fundó el Centro Social Juan XXIII para la formación del laicado.
Escritor asiduo en diarios locales y extranjeros, defendió muchas causas en su afán por ver redimido al pueblo puertorriqueño. "Eran años de lucha contra el servicio militar obligatorio, contra el militarismo, la guerra de Vietnam y en favor de la independencia. Pero la jerarquía me iba marginando. Hasta 1970 participaba de las reuniones del Episcopado, después ya no me invitaron", dice el obispo. Lo dejan sin parroquia donde celebrar misa, pero el pueblo quiere escuchar su prédica y cada rincón de Puerto Rico es apropiado para ofrecer el Evangelio. Frente a la isla de Vieques, desde la barca de los pescadores, enfrenta al ejército estadounidense que hace maniobras, para riesgo de la vida y el sustento de sus habitantes.
Su aportación medular fue el libro, Cooperativismo: teoría y práctica, que permanece como el mejor esfuerzo para un cabal conocimiento de los orígenes, trayectoria y práctica del cooperativismo internacional y el desarrollo del cooperativismo puertorriqueño.
Con su fallecimiento, el 3 de enero de 1994, víctima de un paro cardíaco, se apagó la voz de uno de los más sagaces ideológicos y humanistas del movimiento cooperativista puertorriqueños, síntesis ejemplar entre el compromiso religioso y la lucha por la justicia y la libertad.

Ana María O’Neill(1894-1981)
Nació el 7 de marzo de 1894 en Aguadilla, Puerto Rico. Se graduó de maestra en la Escuela Normal de la UPR en 1915 y ejerció el magisterio. Se convirtió en la primera mujer en ocupar cátedra en el Colegio de Comercio. Realizó una intensa campaña para orientar políticamente a la mujer puertorriqueña y defender el voto independiente. Asistió al Rochdale Institute que albergaba la Escuela Nacional de Cooperativismo y adquirió en 1940 un diploma como líder cooperativista. Desde ahí militó a favor de este movimiento en Puerto Rico. Sus esfuerzos contribuyeron a que se aprobara en 1946 la Ley General de Sociedades Cooperativas de Puerto Rico y a la creación del Instituto de Cooperativismo de la UPR del cual fue una de las primeras educadoras. Asimismo la Profesora O’Neill se destacó como escritora de temas filosóficos y cooperativistas. Su libro más conocido por su perspectiva sobre el Movimiento Cooperativo: - Cuerpo y Alma del Cooperativismo. En el 1961 se le concedió el titulo de Catedrática – Emérita de la Universidad de Puerto Rico y fue designada como Catedrática Ad-honorem del Instituto de Cooperativismo. En el año 1963 se acogió a la jubilación. No obstante, en el 1966 fue galardonada como Mujer de Puerto Rico. También fue declarada "Mujer de Las Américas", El Obispo Monseñor Antulio Parrilla la llamó “La cocinera del movimiento cooperativista en Puerto Rico.” Murió el 30 de mayo de 1981, víctima de un infarto cardíaco, a los 87 años

23 de octubre de 2008

Vidas y máscaras

“La vida es un tránsito;
el mundo es una sala de espectáculos;
el hombre entra en ella, mira y sale.”
Demócrates


El camino es largo pero tienes que andarlo. Se te mezclan formas, colores, presencias, vivencias, siluetas, rostros. Todo parece familiar; sin embargo, nada ni nadie es conocido. Imágenes y sonidos asoman y se desvanecen. Han dado la primera llamada.

Recuerdas estar en una plaza rodeada de columnas. Varios hombres disfrazados recitan y bailan sobre un carromato. Uno de ellos te entrega una máscara. La colocas en tu rostro. Sabes que eres la misma persona pero simulas ser otra. Él habla y tú respondes. Oyes vítores, aplausos. Tras el triste antifaz, eres feliz. Has encontrado tu destino.

Prosigues la ruta. Observas. Reconoces la historia pero en esta ocasión no es real. No te hallas en un monte sino en el atrio de una iglesia. Te asombra la majestuosidad del templo. Afuera, un gentío. Una vez más lo crucifican. Eres uno de ellos.

De pronto, ves tu imagen en uno de los espejos del gran salón. Usas una peluca enorme, un traje vistoso, encajes, adornos. Recibes atenciones, tienes criados que te sirven. Te consideras preciosa pero no ridícula. Todos a tu alrededor son similares; sus ropas, expresiones y ademanes. Asisten a un espectáculo, oyes sus carcajadas. No se dan cuenta que son ustedes mismos los representados. Han dado la segunda llamada.

Eres arrestado en medio de la noche. Cerca de ti, un joven en silencio. La luz te permite ver su cara. “Esa luna, esa luna” es cómplice del asesinato. “La luna deja un cuchillo abandonado en el aire, que siendo acecho de plomo quiere ser dolor de sangre”. Te horrorizas cuando cae con un tiro en la espalda. ¡Qué importa ahora que el próximo disparo vaya dirigido a la tuya! Lloras al poeta.


Nadas. Luchas. Temes salir del túnel que te aprisiona y a la vez te protege. Pierdes las máscaras; la alegre, la triste. Ya no las ves pero las sientes, sabes que no escaparás de ellas. Caen sobre ti el aire, la luz y los ruidos. Han dado la tercera llamada.

Te cargas de energía. Lloras. Sientes sus brazos en tu cuerpo recién nacido. Reconoces sus ojos. Le corresponde ahora ser tu madre. Olvidas.
Una vez más, abre el telón.



Elsai Luz Cruz torruellas
(Siluz)
Octubre 2008

16 de octubre de 2008

Esperando a Omar

Por lo que se oye en las noticias es para estar nervioso. Con toda razón un hombre en Vieques , en medio de la colocación de tormenteras y preparación para recibir al no invitado, sufrió un infarto. Nos obsesionamos con las noticias, vemos todos los canales, todos los pronósticos, todos los mapas, seguimos la trayectoria y temblamos al pensar que está a punto de llegar el monstruo.
Y es que eso es. Pero no llegó. Gracias a Dios.
Aunque no podemos negar que nos desilusionamos. Increíble que somos. Hoy hay trabajo, hoy hay clases. Hoy todo vuelve a la normalidad. ¿Dónde se fue Omar?
Una depresión que según se acercaba a nosotros se convirtió en tormenta y ya está catalogada huracán 3. Fuerte y destructiva. Pero ya no viene. Y nos quedamos con la latería comprada, con la jamonilla, las salchichas, los spaghetti, los doritos y papitas, la cerveza, las velas y el agua.
No se fue la luz. (¿Qué hacemos con tanta vela ahora?) Tampoco el agua (Y nos llevamos cajas) Tenemos ahora Chef-Boyardee y corn-flakes para un año.
Tendremos que hacer una fiesta para terminar con todo lo que compramos. La celebración del huracán que no llegó.
Porque si llega como se temía, tendríamos calles inundadas, árboles en el suelo, comunidades incomunicadas, montes deslizados, puentes caídos, carreteras destrozadas. Habríamos perdido siembras, casas y vidas. Personas ahogadas tratando de pasar los ríos, quemados en incendios ocasionados por velas, electrocutados por los golpes eléctricos e intoxicados por el gas de plantas y estufas.
Sigamos preparándonos. Y si no llega, mejor. Pero que no se convierta esto en el cuento del lobo. Porque un día puede sorprendernos. Y entonces, como decía Rafael Hernández: “¿Qué será de Borinquen mi Dios querido, que será de mis hijos y de mi hogar?”

11 de octubre de 2008

Tejiendo mientras pienso

1, 2, 3, punto doble. Sigo contando 4, 5, 6. ¿Cuántos puntos hacen la hilera? Treinta y cinco.
Viro y vuelta a empezar: 1, 2, 3, 4, 5…
Y así paso la noche, hoy un abrigo, ayer una cartera, mañana un poncho, una frisita o una gorra.
10, 11, 12…
Prendo la TV. Novelas y más novelas, no hay nada más. La hija a quien no le han dicho que el hombre que más odia es su padre, el padre que no sabe que su hija sabe que él es su padre, el hermano que la ama y sufre su abandono pues no sabe que es su hermano, la novia del hermano que sí sabe que el padre de su novio no es su padre por lo tanto no es su hermano, la criada que heredará todo y podrá vengarse de los antiguos patronos pero como es tan buena que cae en lo pe…rfecta, no lo hará sino que los perdonará.
21, 22, 23... Ay, si no me concentro pierdo la cuenta.
Ya los amores no son como los de antes. Amores a lo Elsa y Fred. Me encanta esta pareja. Tanto él como ella. Tremenda película. Pero de eso a que le hayan encomendado a la Zorrilla que reabra el Tapia. Con tantos grupos teatrales locales que tenemos. Después de la inauguración con mil amores que vengan extranjeros y los aplaudimos con nuestra hospitalidad acostumbrada. Pero primero, lo nacional. Como es normal en todos sitios. Menos aquí.
Otra hilera... 4, 5. 6…
Otro que viene es el Nano. Será el gran amor de mi vida, pero ¡difícil pagar 130 dólares por un asiento! Una pena que no venga con el primo Joaquín. Aunque, ¿cuánto costaría entonces? ¿Un ojo de la cara? En lugar de "Dos pájaros de un tiro", el espectáculo podía llamarse “Dos ojos si los miro”
16,17, 18…
Anuncios. Debates políticos. ¿Qué debate ni debate? Eso fue “tiraera” como dicen los jóvenes. ¿Quién roba menos? ¿Quién es menos malo? ¿Quién tiene menos corruptos en su equipo? Y más anuncios. Uno contradiciendo al otro. Que si este no es el partido de antes, que si es el mismo “de mi padre”, que si Fortuño no mientras el otro nene dice que sí, que si el coquí, que si vota PIP. Y promesas y más promesas que olvidarán tan pronto se acomoden en las sillas acojinadas de sus oficinas en el palacio de mármol.
Cambio de hilo, otro color. Paso del rojo al azul, como hizo el último legisladrón arrestado. Y así quedó todo el mundo embarrado. Ja, muchos están temblando. Dicen que de mártir el hombre no tiene ni un pelo, que no se hundirá solo. ¿Habrá oferta que pague su silencio?
25, 26, 27…
Y es que la economía está muy mala. Con la caída de “wol strit” está todo el mundo histérico. Yo de eso no entiendo mucho. Solo sé que si yo puedo vender algunas de estas carteras o gorritas podré empatar la pelea. Porque mientras la cuenta de la luz y el agua se duplica, la pensión de retiro permanece igualita.
33, 34, 35, nudo…Ahora una hilera de medios puntos. Combinación de contrastes.
Todo debería verse así, hilos de varios colores unidos en armonía ya que están hechos de la misma lana. Así somos; pensamos distinto, tenemos creencias diversas pero como decían los fieles a mi vega, “dame un momento pa’ probar de que estoy hecho”… Somos seres humanos diferentes pero hechos de la misma esencia.
Si me dieran un momento, si alguien escuchara lo que pienso mientras tejo, demostraría que la mayoría de nosotros queremos lo mismo: vivir en paz y tranquilidad, llevarnos bien, disfrutar cada día, ayudarnos unos a otros, ser felices. El tiempo es breve y se nos escapa. Dejemos de ser una minoría silente y ¡hagámonos respetar!
Ahora sí que perdí la cuenta. Ya di puntos de más. Aquí no es problema. Es fácil deshacer los errores y reparar lo que hemos hecho mal.
Como no lo es en la vida.

Siluz

Pintura: J. Giménez, Mujer Tejiendo, óleo sobre tela, Barcelona, España, 1945

2 de octubre de 2008

¡copanicopanicopani!


Ni cantando "temas malos" Copani deja de decir lo que hay que decir:


Nos matamos mil en Argentina, México o Brasil. Pero el estado de nuestras carreteras no parece ser una prioridad para nuestros gobiernos:


Solo habría que cambiar las caras pues la corrupción es la misma. En Bolivia, Chile o Puerto Rico...cada cual conoce los suyos. ¡Prohibido olvidar!