11 de diciembre de 2010

Volaron a la inmortalidad

"La muerte es el comienzo de la inmortalidad".
Robespierre

Cuando muere un grande, nos resistimos a su pérdida. Queremos explicar su ausencia, justificar su partida pensando que da un paso hacia la inmortalidad. No nos resignamos y seguimos pensando que está vivo, que aparecerá, que ha sido todo un engaño publicitario. Y al final nos consolamos con la certeza de que muere el hombre y nace la leyenda.   Olvidamos que esos gigantes son seres humanos, tan indefensos como nosotros ante la adversidad. Y también les toca el dolor, las lágrimas, las enfermedades, y la muerte.
     Es duro ver a un ídolo, a un héroe, a una estrella caer abatido por alguna enfermedad, sobretodo cuando ocurre en su juventud o en plena cumbre de su carrera. Más aún, cuando esa muerte no fue natural sino provocada. Cuántos de estos que consideramos genios de la música han caído víctimas de sobredosis de drogas, balas asesinas, accidentes automovilísticos o de aviación.
     No voy a entrar en todas esas partidas provocadas. Eso podría ser tema para otra entrada. Hoy, que se cumplen 120 años del natalicio del inolvidable Carlos Gardel, vamos a limitarnos a las muertes por accidentes de aviación. Es cierto que la carretera nos ha robado a muchísimas personalidades, entre ellas: Jean Dean, Tamara, Cecilia, Nino Bravo, la Princesa Diana o Grace Kelly. Pero el cielo…ay, volando se nos fueron otros grandes como Pedro Infante, Carlos Gardel, Aaliyah, Roberto Clemente y el recordado autor del Principito, Antoine de St, Exupery.

Pedro Infante
Esste famoso cantante de rancheras y actor de la época de oro del cine mexicano y fanático de la aviación, ya había tenido dos accidentes serios.  El 15 de abril de 1957  decidió viajar a la capital pues su segundo matrimonio, realizado en Mérida cuatro años antes, había sido declarado nulo por la Suprema Corte de la Nación.  No llegó a Ciudad México pues uno de los motores del avión en que iba como copiloto falló y causó su caída en espiral sobre Mérida. Murieron todos los ocupantes del avión y una familia en tierra.  En el aniversario de su muerte, cada 15 de abril, sus admiradores van a su tumba a cantar rancheras y llevarle flores, porque Pedro Infante no ha muerto, sigue vivo en sus corazones.

Aaliyah
El 25 agosto 2001, tras filmar un vídeo musical en Las Bahamas, abordaron una avioneta, aparentemente con exceso de equipaje, en la Isla Abaco.  Poco después del despegue, la misma se estrelló. Tenía 22 años y ya había sido nominada en cinco ocasiones para el Grammy y una para el Oscar.

Roberto Clemente
Uno de los mejores jugadores puertorriquenos de beisbol de Grandes Ligas, ganador doce veces del "Guante de Oro" y de dos campeonatos mundiales con su equipo Piratas  de Pittsburg. El 31 de diciembre de 1972 volaba rumbo a Managua, Nicaragua, con la intención de llevar artículos, ropa y alimentos para las víctimas del terremoto ocurrido en ese país una semana antes. Su avión cayó en el Atlántico pocos minutos después de despegar. Se dice que iba sobrecargado. Ese mismo año había alcanzado la suma de 3000 hits. Fue admitido póstumamente al Salón de la fama, convirtiéndose en el primer latinoamericano en formar parte de este honroso círculo.

Carlos Gardel
José María "Indio" Aguilar Porrás estuvo presente en Medellín el 24 de junio de 1935. Años después, recordando la tragedia de Gardel, dijo para la extinta revista Cine Argentino:

“Una vez en Medellín, resolvimos almorzar para seguir luego rumbo a Cali. Recuerdo que en el momento de ascender, Carlos volvió la cabeza para decirme:
—Bueno, Indio, nos queda una hora y cuarto, y después, aunque se rompan todos estos bichos, no nos subimos nunca más a uno.
¡Pobre Carlitos! ¡Cuán lejos estaba de soñarse que minutos más tarde iba a quedar convertido en cenizas! El último en entrar fue el señor Flit, que era el que cerraba las puertas. Antes de hacerlo, trajeron doce tambores de películas que debían pasar esa noche conjuntamente con la función de Gardel. El piloto Samper se opuso tenazmente a llevarlas, alegando ser demasiado peso para el trimotor, pero contra su negativa, y después de mucho discutir, se dispuso que fueran. Inmediatamente Flit se dio a la tarea de colocar a todos la correa de seguridad. Yo fui el único que me resistí a ello; por eso logré salir del aparato. Las últimas palabras que pronunció Gardel fueron para pedirme un caramelo y un poco de algodón para los oídos.
Apenas tuvo tiempo de colocárselo. El avión, que había comenzado su marcha, no conseguía despegarse del suelo. Me parece que por una rara intuición, todos presentimos la catástrofe y nos miramos. Samper, que hacía esfuerzos desesperados para despegar, no pudo evitar el choque de su trimotor F 31 con el superavión Manizales.
Se alcanzó a escuchar un ruido sordo y enorme, y los dos pájaros del aire ardieron instantáneamente. Por instinto de conservación, no sé cómo ni cuándo, me largué por una abertura del trimotor, ya cubierto en llamas, pero no pude hacerlo sino por un instante. Reconocí los gritos de Gardel, Le Pera y Riverol, que eran tan desgarradores que, enloquecido de desesperación, me lancé a las llamas para auxiliarlos, defendiéndome con un pedazo de saco que me quedaba. Pero no conseguí hacerlo. Al único que alcancé a ver fue a Corpas Moreno, y tenía la cabeza separada del cuerpo. Aquello era infernal y dantesco; nos estábamos quemando vivos, nos estaban ardiendo las carnes
Del avión Manizales murieron todos; del nuestro, sólo quedamos Flit, Plajas y yo. Según me han informado, el primero está sin vista y sin manos, y el segundo, demente”.

El informe oficial sostiene que el accidente se debió única y exclusivamente a dos causas:
     a. las deficiencias topográficas y aerológicas, propias del aeródromo "Olaya Herrera" de la ciudad de Medellín.
     b. un fenómeno aerológico propio del mencionado aeródromo y que consiste en la aparición súbita de una corriente que se presentó unos diez segundos antes de ocurrir el choque con una intensidad 6-7 Beaufort de una dirección suroeste

Sin embargo, aún hoy persisten diversas versiones que descalifican lo afirmado en dicho informe. Unas hablan de la supuesta rivalidad entre las dos empresas protagonistas del siniestro: la SACO (Sociedad Aérea Colombiana) y la SCADTA (Sociedad Colombo Alemana de Transportes Aéreos) o más precisamente entre los pilotos Ernesto Samper Mendoza y Hans Ulrich Thom. Otras se refieren a una eventual disputa entre Gardel y Le Pera (o Gardel y Samper Mendoza), que habría culminado con un balazo fatal en la nuca del piloto. El asunto es que fuera cual fuera la causa, el accidente apagó la voz oficial del tango, aunque sea común escuchar que "Gardel cada día canta mejor".

Antoine de St. Exúpery
EL 31 de julio de 1944 cayó derribado el avión de St. Exúpery. En marzo de 2008, 64 años después, Horst Rippert, un piloto alemán que tenía entonces 24 años, revela:

"Yo cumplía una misión no lejos de Toulon. Y descubrí un Lightning que volaba muy bajo. Volaba de manera extraña. Era un blanco fácil para mí. Y el piloto del Lightning no parecía darse cuenta. Pensé: si no te vas ahora, te acribillo. Me fui a pique en su dirección y disparé, no contra el fuselaje sino contra las alas. Le di. Se fue derecho al agua. No vi saltar al piloto cuando el avión se precipitó al mar".
"Me enteré unos días después que era Saint-Exupéry. Me quedé horrorizado. De niño, de adolescente, mi vida giraba en torno a los héroes de las novelas de Karl May y de Saint-Exupéry. En nuestra niñez, en la escuela, todos habíamos leído y adorábamos sus libros. Sabía admirablemente describir el cielo y los sentimientos de los pilotos. Su obra produjo la vocación de volar en muchos de nosotros.
Desde entonces esperé y sigo esperando que no haya sido él quien cayó en el mar ese día. Pero ¿qué podía hacer? Durante todos estos años me he repetido esa pregunta”.
Yo derribé el avión de Antoine de Sanit-Exupéry y nunca pude perdonármelo. Ese día abatí al más amigo de mis enemigos”.

2 comentarios:

Unknown dijo...

que buen homenaje amiga querida, disfruté con la lectura, abrazosJulia

Siluz dijo...

Es un tema que ma pareció muy interesante; en especial, lo de St. Exupéry. Me alegra te gustara. Un abrazo.