4 de enero de 2010

¡Hasta siempre, Sandro!



La condición de Sandro era crítica.  Pero tenía tantas ganas de vivir, tanto aún por cantar, tanta fe en su recuperación, tanto coraje para luchar, que pensamos la superaría.  Somos muchos sus admiradores, sus “nenas”,  sus seguidores, los que estábamos pendientes de su caso día a día.  Y cuando teníamos la certeza de que sobreviviría, nos sorprenden las noticias de dos nuevas intervenciones quirúrgicas con el triste final.
Sandro nos deja solo físicamente, pues sabemos que  los grandes nunca mueren. Y él pertenecía a ese grupo.  A esos que al partir, dan un paso hacia la eternidad.
Esta presentación la empecé el día del transplante.  Quería darle un tributo no a su memoria sino a su vida, transmitirle desde esta isla que tanto visitó y donde tanto lo queremos, energía, ánimo y fuerza.  Como fondo, la canción de María Elena Welsh, “Como la cigarra’: 
Tantas veces me mataron,
tantas veces me morí,
Sin embargo estoy aquí resucitando.
Pero si estoy a la desgracia
y la mano con puñal
por qué mató tan mal,
y seguí cantando.

Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.

Tantas veces me borraron,
tantas desaparecí,
a mi propio entierro fui
solo y llorando;
hice un nudo en el pañuelo
pero me olvidé después
que no era la única vez
y seguí cantando.
 

Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.
 

Tantas veces te mataron,
 
tantas resucitarás,
cuántas noches pasarás
desesperando.
Y a la hora del naufragio
y la de la oscuridad
alguien te rescatará
para ir cantando.

Cantando al sol como la cigarra
 
después de un año bajo la tierra,

Igual que sobreviviente
Que vuelve de la guerra

Cuando Sandro se agravaba, abandonaba la presentación.  Pero en estos días de Navidad, tuve la esperanza de que sí saldría de ésta.  Hoy me decidí a terminarla, en vista de que en los últimos días no se había publicado nada nuevo. Dicen que “sin noticias, buenas noticias”.
Estaba escogiendo fotos cuando al bajar una de ellas leo la nota que la acompaña.  “Vuelven a llevar a Sandro al quirófano. Es el peor momento de la salud de Sandro desde que se internó”. Fecha: 4 de enero. ¡Hoy! Temo lo peor... Horas más tarde, la segunda intervención.  Y después el boletín de última hora:  20:50 - Murió Sandro, una leyenda de la música popular argentina.  Su cuerpo no resistió…”
Pensé no terminar el trabajo, quizás la letra de la canción no era ya adecuada.  Solo sentía “penas y penas y penas…” y esa sensación de impotencia que da lo irremediable.  Luego algunos amigos me animaron a continuar y recordé aquello que muy joven aún, Sandro cantó:

“No quiero que me lloren
cuando me vaya a la eternidad,
quiero que me recuerden como la misma felicidad.
Pues yo estaré en el aire, entre la tierra y en el palmar.
Estaré entre la arena
y sobre el viento que agita el mar.”

Así será, Sandro. 
Hoy has vencido a la muerte y naces a la vida.  
Hoy tu canto se hace eterno, 
hoy estás aquí ¡resucitando a la inmortalidad!


2 comentarios:

Elco Lao dijo...

Siluz:

Recuerdo a Sandro con mucho cariño porque fue mi madre quien me llevó a verlo en sus películas. Te convido a que leas otra reflexión en mi página que titulé “El pudor de mi madre ante Sandro, y un poema erótico...

Siluz dijo...

Hay personas que marcan etapas de nuestra vida, ya sea en la música, en la literatura, en las creencias, en las artes...
Ahora paso por tu página. Me encanta esa frase: "el pudor de mi madre ante Sandro..."