27 de mayo de 2009

Tras la puesta en escena

Cruel Impacto; el reality” ha sido una experiencia única. Aparte del tema que me cautivaba, el montaje fue una mezcla de alegrías, preocupaciones, satisfacciones  y nervios.  Me hago eco de las palabras de Maritza, autora de la obra teatral, en el programa:

 “Soy enemiga de la manipulación de las emociones. Y lograrlo jugando con los sueños de la gente me parece aún peor. En esto se basan los llamados “reality shows”.  Se escogen jóvenes quienes sueñan con convertirse en estrellas.  Les roban sus vidas y su intimidad para beneficio de una producción. Nosotros, el público, somos cómplices pues auspiciamos y fomentamos estos espectáculos.  El menú puede variar para el espectador: música, actuación, deportes, baile; los retos cambian para crear competencia.  Y si se añade morbo, celos, envidia, amoríos, chismes... más “rating” obtendrá el programa.  Por supuesto, todo manipulado, provocado y acrecentado.

 ¡Cuánto les ahorramos a estos productores! No tienen que pagarles a los “actores”.  No necesitan grabar comerciales pues ellos mismos anuncian los productos que los auspician.  No necesitan hacer publicidad; sus familiares y amigos (y hasta el gobierno de cada municipio) se encargan de promocionarlo. Los premios sin duda son atractivos para los competidores. Pero mucho más serán las ganancias para la producción. 

 Cuando era niña veía a los hombres anclas de los noticiarios como personas brillantes, con una dicción perfecta, inteligentes, cultos.  Hoy veo programas que ofrecen noticias de impacto con el fin de causas sensacionalismo, espanto y curiosidad malsana.  Se buscan mujeres hermosas, más bellas que talentosas, más escandalosas que respetables.  Son capaces de dar una noticia espantosa con la más espectacular de las sonrisas.  Pueden entrevistar a una persona en crisis sin el más mínimo respeto por su dolor.

Quise, por lo tanto, unir ambos programas: el “reality” y el noticiario. ¿Por qué no buscar la nueva estrella del periodismo sensacionalista?  Se convertirán ahora ellas en las entrevistadas, serán humilladas para que humillen, traicionarán para buscar la noticia, le darán al público lo que éste pida, olvidarán sus creencias en pos de audiencia, se convencerán que no importa cómo, lo importante es ganar.

¿Será que los valores pasaron de moda?  Que la tecnología nos ha hecho olvidar que no somos máquinas. Que se puede programar una computadora pero no a un hombre ni a una mujer, que los sentimientos no son manejables.  Ojalá no pase algo imprevisto, algo terrible, algo irreparable que nos lo haga recordar.”  (M.B. Ramírez Cruz)

¿Cómo describir tantas emociones? Estar con dos de mis hijos en esta producción, no ya como maestra y estudiantes, sino como una integrante más de nuestra compañía teatral.  Ver a Maritza Beatriz crecer como actriz y dramaturga.  Percibir la mano de Noel Ernesto como director, seguro de sí mismo y de su talento, creyente de que todo lo imaginable es realizable. Sentir su respeto por mi opinión pero a la vez expresar su libertad creativa y plena confianza en sus decisiones. Conocer a sus amigos, jóvenes entusiastas, no como un mero grupo de trabajo sino como una familia escogida. Ser aceptada por ellos como una igual sin mirar la diferencia de edad o pensamiento.  Porque a todos y cada uno nos une esta pasión por el teatro, tan contagiosa e imposible de ocultar.

Por supuesto, hemos tenido problemas. Hemos batallado casi sin fondos y con algún desconocimiento en ciertas áreas.  No somos comerciantes y nos faltan auspiciadores. Tuvimos también confusión con el horario y alguna falla técnica. El sábado todavía estábamos solucionando inconvenientes con una proyección de un video que se hace en escena. Menos mal que Vanessa no se rinde y para sorpresa del elenco, en plena función, logró lo imposible.   Lero nos hizo pasar un susto, el mismo día del estreno se puso mal.  Hizo un esfuerzo sobrehumano, tanto que solo los que la conocíamos sabíamos que minutos antes de entrar a escena estuvo vomitando. Pero había que dar el todo por el todo. Para nosotros el teatro no es una mera ocupación, es una forma de vida. La tablas merecen respeto y si subimos a ellas hay que hacerlo con responsabilidad. Si fracasamos no lo hacemos solos sino que arrastramos a los demás.   Navegamos en el mismo barco, y salimos todos a flote o nos ahogamos juntos.

¡Tantas anécdotas para recordar!  No exagero al decir que disfrutamos cada palabra, cada escena, cada función.  Rosa gritaba: “a gozarnos la gala”. Y así lo hacíamos. Aún en estos tiempos tan difíciles nos interesaba más el éxito que la paga.  A pesar de que la sala nunca se llenó, no nos sentimos defraudados.  Cada persona que vio la obra salía complacida y eso es más que suficiente. Estamos todos de acuerdo en seguir adelante.  Esto es solo el comienzo. El grupo está unido, dispuesto y entusiasmado.  ¡Listos para tirarnos al agua!  El escenario es el océano y de sus aguas emergen Máscaras de Sal, con más fuerza, dedicación, entrega y pasión.

ELENCO

(En orden de aparición) 

Sicólogo: José Rodríguez

Carmencita: Leirannette Ruiz

Elisa: Joa Tous

Verónica: Maritza B. Ramírez Cruz

Paola: Melissa Rodríguez

Profesor: Norman Santiago

Conductora: Rosa Escobar

Técnico:  Fernando Rodríguez

Juez 1: Margarita Cleopatra

Juez 2: Beatriz Rivera Molina

Juez 3: Edwin Morales

Presidenta: Elsia Cruz Torruellas


PERSONAL TÉCNICO 

Producción: Melissa Rodríguez y Leirannette Ruiz

Diseño de Iluminación: Melissa Rodríguez

Escenografía: Noel Ernesto y Fernando Rodríguez

Musicalización: DJ Guti

Técnico de Sonido: Amílcar Cariño

Utilería: Maritza B. Ramírez Cruz

Maquillaje: Kristal Hernández y Leirannette Ruiz

Diseños y Visuales: Vanessa Malavé

Asistente de dirección: Beatriz Rivera Molina

Dirección: Noel Ernesto

5 comentarios:

Rocío dijo...

Dios no te hubiera dado la capacidad de soñar sin darte también la posibilidad de convertir tus sueños en realidad". Héctor Tassinari

Los imposibles son productos de quienes no creen en que las metas pueden alcanzarse. Muchas felicitaciones... ADELANTE SIEMPRE.

Siluz dijo...

muy buena cita, Rocío.
Porque el ser humano puede soñar es capaz de hacer lo insospechado, lo imposible.
Gracias por comentar.
Besitos..
y no dejes de soñar.

Unknown dijo...

Te felicito Lucecita, hermosa experiencia. Gracias porque me recuerdas, yo también te recuerdo y mucho. Admiro tu ser, Julia

Unknown dijo...

Felicidades, me alegra mucho que todo estuviera bien y más me da gusto que tengan la seguridad de continuar. No pierdo la esperanza de algún día poder aplaudir de pie, en una de sus futuras obras. Carmen (tranqui)

Siluz dijo...

Julia:
Gracias por tus palabras. Y gracias a los blogs que nos permiten seguir en contacto. Un beso grande.

Carmen:
Ojalá algún día sea así. En Puerto Rico o en México. ¡Sería fantástico!