18 de marzo de 2011

A la sombra de Salvador Dalí: Gala

A la sombra de ellos:
IX. GALA (1894-1982)Y SALVADOR DALÍ (1904-1989)
Helena Dimitrievna Diakonova, nacida en 1894 en el seno de una familia de intelectuales, se cría como una chica enfermiza, ingenua, inexperta. Nadie habría podido adivinar que esa niña cándida se convertiría en Gala, icono del movimiento, cortesana y musa de los surrealistas del siglo XX
"Muchos surrealistas se han enamorado de Gala… y era tan fuerte su impresión en ellos que, cuando se hablaba de la pintura, el libro o la escultura de algún colega, decían: "¡Oh, sí, es bueno porque ha estado enamorado de Gala”
(Margaret Case Harriman, New Yorker, 1939)
"Todo buen pintor que aspire a crear auténticas obras de arte, antes de nada debe casarse con mi esposa. Cualquier hombre puede tener una esposa, pero solamente es Gala la que cura su espíritu, la que vive continuamente como una esposa...
la que hace algo cuando no hace nada”.
(S. Dalí)

1904: nace otro niño al matrimonio Dalí Domenech, en la provincia catalana de Gerona. Han pasado nueve meses desde la muerte del primogénito, ocurrida antes de cumplir los dos años. El nuevo bebé recibe el mismo nombre del hermano muerto, Salvador, y es mimado, consentido y sobreprotegido por sus padres. Es posible que lo hicieran creer merecedor de todas las atenciones y se criara egoísta y narcisista, pero también dependiente, inseguro y cohibido.

“Yo nací doble, con un hermano de más, que tuve que matar para ocupar mi propio lugar, para obtener mi propio derecho a la muerte … Todas las excentricidades que he cometido, todas las incoherentes exhibiciones proceden de la trágica obsesión de mi vida. Siempre quise probarme que yo existía y no era mi hermano muerto. Como en el mito del Cástor y Pólux, matando a mi hermano, he ganado mi propia inmortalidad".

1913: Helena enferma de tuberculosis y es internada en un sanatorio en Suiza. Allí conoce al poeta francés, Paul Eluard (1895-1952). Cuatro años más tarde, se convertirá en su esposa y su musa. En el 1918 nace Cécile, su única hija, quien permaneció gran parte de su vida con su abuela paterna. Esta relación con Eluard, la inició en un mundo distinto, donde el amor libre, el voyerismo, el exhibicionismo, los cambios de pareja, los “menajes a trois” y la bisexualidad eran habituales. Quizás por todo esto se ganó la definición de “mujer sin sexo, violenta y estéril” que le dieron los surrealistas.

Mientras, Salvador huye al contacto físico y evita las relaciones cercanas. Un libro sobe enfermedades venéreas que dejó su padre, intencionalmente, sobre el piano del comedor pudo ser el causante. En el vio imágenes de órganos deformados y purulentos que le parecieron repulsivas. Su padre quiso que él y su hermana se educaran en esa materia, pues siempre temió, sin razón, ser el culpable de la muerte de su primer hijo, por la posibilidad de haberle contagiado alguna infección contraída en un burdel. La visión nunca abandono a Dalí.
Tampoco olvidó una fotografía que vio en la escuela, de una niña rusa, a quien presentía que conocería algún día, abrigada con una piel blanca de oso, montada en un trineo y perseguida por lobos.

1922: Max Ernst, el mejor amigo de su Paul, y quien ha sido definido como “el más surrealista de los surrealistas”, se fue a vivir con los Eluard. En la casa, pintó todos los muros y puertas, inspirado por Gala. Vivirán los tres juntos, en una relación extraña. “Amo a Max Ernst mucho más que a Gala” le dijo Paul en una ocasión a la mujer de Max. Sin embargo, un día, cansado de este trío, los deja. Meses después envía a su esposa una carta desde Saigón donde le propone una reconciliación. Gala va... pero con Max.

1929: Se cruzan los mundos de Gala y Salvador y las vidas de ambos cambiarán de rumbo.

Gala viaja junto a su esposo y unos amigos a visitar a Dalí, para ese entonces, un prometedor pintor catalán. Él queda prendado, tanto que frente a ella, se comporta como un excéntrico y sufre de ataques de risa. No obstante, cuando le confiesa su amor, ella, diez años mayor le contesta: “Pequeño, ya nunca más nos separaremos”. Y así fue. Durante los cincuenta y tres años de vida en común que seguirán a este momento, se fundirán en lo común y lo bizarro, en el arte y los negocios, en el amor y la infidelidad, en lo cotidiano y en la grandeza, en lo sublime y lo vulgar.

"Gala me ha dado, en el verdadero sentido de la palabra, la estructura que faltaba en mi vida. Yo no existía más que en un saco lleno de agujeros, blando y borroso, siempre en busca de una muleta. Ciñéndome a Gala he encontrado una columna vertebral y, haciendo el amor con ella, he rellenado mi piel. Hasta este momento mi esperma se perdía por la masturbación como arrojado a la nada, con Gala lo he recuperado y me ha vivificado. Primero creí que ella iba a devorarme; pero por el contrario, me ha enseñado a comer lo real. Firmando mis cuadros como Gala-Dalí, no hago más que dar nombre a una verdad existencial, porque no existiría sin mi gemela Gala".

Gala organizó su vida, encarriló su locura, administró su talento y su dinero, fue su inspiración, fuerza, guía y estímulo. Dalí fue el genio que ella necesitaba a su lado, el puerto seguro que le permitía anclar tras sus viajes a la deriva, la mano proveedora que cumplía todos sus caprichos, gustos y lujos.

"Gala me liberó de mi crimen y me curó de mi locura. ¡Gracias! ¡Quiero amarte! Te desposaré. Mis síntomas histéricos desaparecieron uno tras otro como por encantamiento y yo volvía a ser el dueño de mi sonrisa, de mi risa, de mis gestos. Una salud nueva brotaba como una rosa de mi cabeza"

Se casaron dos años después por lo civil pero no fue hasta el 1958 que lograron casarse por la Iglesia. Aprovechando una audiencia con el Papa Pío XII, a quien Dalí le regala una Madonna, le solicitan la dispensa. Es una de muchas vírgenes, diosas, ninfas, figuras femeninas que tendrán su rostro. Gala vino a desplazar a Ana Máría, hermana de Dalí, como modelo, dato que influyó en la antipatía y desconfianza que esta última le profesó.
"Yo estaba solo con Gala. Mis pretendidos amigos surrealistas ya me detestaban… Las revistas de arte, las galerías de la época, dominadas por una falsa vanguardia, me ignoraban. No teníamos dinero… Pese a la conspiración del silencio, de la idiotez, del interés mal enfocado, la época de 1930 no consiguió asfixiarme. Pero si no quedé amargado por los golpes recibidos, las humillaciones que me infligieron, se lo debo a Gala. A su coraje. Ella nunca se quejó de sus gestiones cansadísimas, de las esperas, de las rechiflas, de las burlas, de las cobardías que hubo de soportar".
Mientras Dalí se confiesa fiel, (solo habló una vez de otro amor, Amanda Lear) Gala se pasea con sus amantes.  Él lo sabe y parece no importarle.
"Yo soy de una fidelidad tan grande hacia mi esposa que, aunque quizás nadie me crea, puedo asegurar algo que es completamente verdad: yo nunca he hecho el amor con otra persona que con Gala! ¡Jamás, jamás, jamás! ¡La primera y nunca más!” (1972)
Para los años 70, el terror al envejecimiento y la miseria hace mella. Gala hace que su esposo firme lienzos en blanco, los que vende. Se hace más de diez operaciones estéticas y se rodea de hombres jóvenes, a quienes convierte en perritos falderos que comen de su mano. Una fractura de fémur, producto de un confuso accidente, inicia la ruta hacia el final. Muere en junio de 1982 en el castillo que él le había regalado catorce años antes. A partir de esa fecha, Dalí se encierra en él, deprimido, inapetente y sin ganas de vivir.
"...no está muerta, no morirá nunca...".
(1982) "
Sobrevivirá a Gala siete años, con la certeza que Salvador, sin Gala, no hubiera sido el “divino” Dalí.
«Cada mañana, al levantarme,
experimento un supremo placer:
ser Salvador Dalí».
“Sin el amor, sin Gala, yo no sería Dalí.
Esta es una verdad que no cesaré de gritar y de vivir.
Ella es mi sangre, mi oxígeno”.

Gracias a mi hermana Sandra, lectora fiel, por sugerir esta pareja. 

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gustó muchísimo esta historia. Sobretodo como se complementan dos personas tan diferentes. Mientras uno le tenía fobia al sexo influenciado y traumando por un tercero, la otra otra se obsesiona con el mismo influenciada también por un tercero. Me parece fascinante las historias alternas y más cuando ambas se unen. Estupendo trabajo todos los de esta serie. Geniales.

SieteMoños

Ivonne Acosta Lespier dijo...

Siluz: Me encanta esta serie que publicas sobre las mujeres al lado de los grandes hombres. En este caso no sabía muchas cosas y tampoco había visto esas fotos antes.
Hoy mismo salió una noticia de una obra que van a dar sobre la relación entre los cuatro: García Lorca, Buñuel, Dalí e incluyen a Gala. Tiene que haber sido una mujer maravillosa.
Ah, me imagino has escuchado la preciosa canción de Mecano en homenaje a Dalí.

Siluz dijo...

Gracias, Ivonne. Me halaga que te guste esta serie, que me está dando más trabajo de lo que pensé, pero una vez me pongo a estudiar una pareja, me cautiva.
Busqué la canción. No,no la conocia. Ya la enlacé en la página del blog en facebook. ¡Gracias! Oí lo de la obra. ¿Viste que también viene Serrat? :-))

Siluz dijo...

Asi es, siete. Muy distintos en unos aspectos y muy iguales en otros. POr eso se necesitaban el uno al otro, porque se complementaban. Y así hayan tenido sus altercados, difíciles no imaginarlos con dos personaliddes tan apasiondas, fue profética aquela frase de Gala de que no se separarían.
Gracias por comentar. Me alegra te gusten estos trabajos.

Ivonne Acosta Lespier dijo...

Siluz: ¡Qué bueno que encontraste la canción de Mecano! Es un poema hermoso de homenaje al genio. Esa es la maravilla de YouTube..
En cuanto a Serrat, no me atrevo a ir porque estaría llorando todo el tiempo recordando a mi esposo..