21 de marzo de 2008

Marejada


Las palmas contemplan erguidas a las olas. Están sorprendidas. Un mar siempre calmo hoy está bravo. ¿Qué pudo irritarlo tanto? Alguna tormenta en el norte lo hizo estallar.

Las gaviotas y pelícanos tratan de descubrir el misterio. Solo reciben gruñidos; la marejada se estrella contra la roca. Ni ella es capaz de aplacarla. Una columna gigantesca se eleva.

Las olas revientan rabiosas en espuma y agua. Algo ha despertado la ira del gigante manso.Cual elefante furioso, pierde su acostumbrado sosiego y deja constancia de su fuerza y poder.

Hasta el más paciente elemento se harta de la injusticia, del abuso, del maltrato.
Algo muy grave lo ha hecho reaccionar.
Parece gritar: ¡basta! ¡no puedo más!

Pero tras ese desahogo, volverá a ser el de siempre.
Perdonará.
Olvidará.
¡Qué pena que tú y yo no seamos mar!


Siluz

20 de marzo de 2008

Día del teatro

27 de marzo
Día internacional del teatro*

Gracias a una iniciativa de la UNESCO se creó este día en 1961, por el Instituto Internacional del Teatro (ITI), organización internacional no gubernamental en el dominio de las artes escénicas.

Tras el cruento conflicto desatado por gobernantes, políticos, economistas y militares, los hombres de teatro manifestaban su esperanza –y su confianza- de que el arte escénico estableciera lazos permanentes de solidaridad y comprensión entre los países. Así, en 1948, nace el Instituto Internacional, y en 1961, en el noveno congreso del ITI, en Viena, un delegado de Finlandia propone la creación del Día Mundial del Teatro. Se fija el 27 de marzo porque era el día en que se inauguraba en París el festival "Teatro de las Naciones, ITI, UNESCO" que reúne a representantes de todos los países del mundo.

Desde 1962, una personalidad del mundo del teatro o una figura conocida por sus cualidades de corazón y espíritu sea invitada a escribir el Mensaje Internacional, traducido a 20 idiomas, leído delante de decenas de millares de espectadores del mundo entero y difundido por los medios de comunicación de los cinco continentes.

Se me haría muy difícil explicar lo que es para mí el teatro y lo que ha significado en mi vida. Por eso acudo a una de los autores que más admiro y cuyas palabras dicen, como nadie podría hacerlo, lo que es y lo que no debe ser el teatro.

Arte por encima de todo **

Queridos amigos:

Hace tiempo hice firme promesa de rechazar toda clase de homenajes, banquetes o fiestas que se hicieran a mi modesta persona; primero, por entender que cada uno de ellos pone un ladrillo sobre nuestra tumba literaria, y segundo, porque he visto que no hay cosa más desolada que el discurso frío en nuestro honor, ni momento más triste que el aplauso organizado, aunque sea de buena fe. Además, esto es secreto, creo que banquetes y pergaminos traen el mal fario, la mala suerte, sobre el hombre que los recibe; mal fario y mala suerte nacidos de la actitud descansada de los amigos que piensan: "Ya hemos cumplido con él".

Un banquete es una reunión de gente profesional que come con nosotros y donde están, pares o nones, las gentes que nos quieren menos en la vida. Para los poetas y dramaturgos, en vez de homenajes yo organizaría ataques y desafíos en los cuales se nos dijera gallardamente y con verdadera saña: "¿A que no tienes valor de hacer esto?" "¿A que no eres capaz de expresar la angustia del mar en un personaje ?" "¿A que no te atreves a contar la desesperación de los soldados enemigos de la guerra?". Exigencia y lucha, con un fondo de amor severo, templan el alma del artista, que se afemina y destroza con el fácil halago. Los teatros están llenos de engañosas sirenas coronadas con rosas de invernadero, y el público está satisfecho y aplaude viendo corazones de serrín y diálogos a flor de dientes; pero el poeta dramático no debe olvidar, si quiere salvarse del olvido, los campos de rosas, mojados por el amanecer, donde sufren los labradores, y ese palomo, herido por un cazador misterioso, que agoniza entre los juncos sin que nadie escuche su gemido.

Huyendo de sirenas, felicitaciones y voces falsas, no he aceptado ningún homenaje con motivo del estreno de Yerma; pero he tenido la mayor alegría de mi corta vida de autor al enterarme de que la familia teatral madrileña pedía a la gran Margarita Xirgu, actriz de inmaculada historia artística, lumbrera del teatro español y admirable creadora del papel, con la compañía que tan brillantemente la secunda, una representación especial para verla.

Por lo que esto significa de curiosidad y atención para un esfuerzo notable de teatro. doy ahora que estamos reunidos, las más rendidas, las más verdaderas gracias a todos. Yo no hablo esta noche como autor ni como poeta, ni como estudiante sencillo del rico panorama de la vida del hombre, sino como ardiente apasionado del teatro de acción social. El teatro es uno de los más expresivos y útiles instrumentos para la edificación de un país y el barómetro que marca su grandeza o su descenso. Un teatro sensible y bien orientado en todas sus ramas, desde la tragedia al vodevil, puede cambiar en pocos años la sensibilidad del pueblo; y un teatro destrozado, donde las pezuñas sustituyen a las alas, puede achabacanar y adormecer a una nación entera.
El teatro es una escuela de llanto y de risa y una tribuna libre donde los hombres pueden poner en evidencia morales viejas o equívocas y explicar con ejemplos vivos normas eternas del corazón y del sentimiento del hombre. Un pueblo que no ayuda y no fomenta su teatro, si no está muerto, está moribundo; como el teatro que no recoge el latido social, el latido, histórico, el drama de sus gentes y el color genuino de su paisaje y de su espíritu, con risa o con lágrimas, no tiene derecho a llamarse teatro, sino sala de juego o sitio para hacer esa horrible cosa que se llama "matar el tiempo". No me refiero a nadie ni quiero herir a nadie; no hablo de la realidad viva, sino del problema planteado sin solución.
Yo oigo todos los días, queridos amigos, hablar de la crisis del teatro, y siempre pienso que el mal no está delante de nuestros ojos, sino en lo más oscuro de su esencia; no es un mal de flor actual, o sea de obra, sino de profunda raíz, que es, en suma, un mal de organización. Mientras que actores y autores estén en manos de empresas absolutamente comerciales, libres y sin control literario ni estatal de ninguna especie, empresas ayunas de todo criterio y sin garantía de ninguna clase, actores, autores y el teatro entero se hundirá cada día más, sin salvación posible.
El delicioso teatro ligero de revistas, vodevil y comedia bufa, géneros de los que soy aficionado espectador, podría defenderse y aun salvarse; pero el teatro en verso, el género histórico y la llamada zarzuela hispánica sufrirán cada día más reveses, porque son géneros que exigen mucho y donde caben las innovaciones verdaderas, y no hay autoridad ni espíritu de sacrificio para imponerlas a un público al que hay que domar con altura y contradecirlo y atacarlo en muchas ocasiones. El teatro se debe imponer al público y no el público al teatro. Para eso, autores y actores deben revestirse, a costa de sangre, de gran autoridad, porque el público de teatro es como los niños en las escuelas: adora al maestro grave y austero que exige y hace justicia, y llena de crueles agujas las sillas donde se sientan los maestros tímidos y adulones, que ni enseñan ni dejan enseñar.

Al público se le puede enseñar, conste que digo público, no pueblo; se le puede enseñar, porque yo he visto patear a Debussy y a Ravel hace años, y he asistido después a las clamorosas ovaciones que un público popular hacía a las obras antes rechazadas. Estos autores fueron impuestos por un alto criterio de autoridad superior al del público corriente, como Wedekind en Alemania y Pirandello en Italia, y tantos otros.

Hay necesidad de hacer esto para bien del teatro y para gloria y jerarquía de los intérpretes. Hay que mantener actitudes dignas, en la seguridad de que serán recompensadas con creces. Lo contrario es temblar de miedo detrás de las bambalinas y matar las fantasías, la imaginación y la gracia del teatro, que es siempre, siempre, un arte, y será siempre un arte excelso, aunque haya habido una época en que se llamaba arte a todo lo que nos gustaba, para rebajar la atmósfera, para destruir la poesía y hacer de la escena un puerto de arrebatacapas.

Arte por encima de todo. Arte nobilísimo. Y vosotros, queridos actores, artistas por encima de todo. Artistas de pies a cabeza, puesto que por amor y vocación habéis subido al mundo fingido y doloroso de las tablas. Artistas por ocupación y preocupación. Desde el teatro más modesto al más encumbrado se debe escribir la palabra "arte" en salas y camerinos, porque si no vamos a tener que poner la palabra "comercio" o alguna otra que no me atrevo a decir. Y jerarquía, disciplina y sacrificio y amor.

No quiero daros una lección, porque me encuentro en condiciones de recibirlas. Mis palabras las dicta el entusiasmo y la seguridad. No soy un iluso. He pensado mucho, y con frialdad, lo que pienso, y, como buen andaluz, poseo el secreto de la frialdad porque tengo sangre antigua. Yo sé que la verdad no la tiene el que dice "hoy, hoy, hoy" comiendo su pan junto a la lumbre, sino el que serenamente mira a lo lejos la primera luz en la alborada del campo.

Yo sé que no tiene razón el que dice: "Ahora mismo, ahora, ahora" con los ojos puestos en las pequeñas fauces de la taquilla, sino el que dice "Mañana, mañana, mañana" y siente llegar la nueva vida que se cierne sobre el mundo.








Federico García Lorca

8 de marzo de 2008

En el Día Internacional de la Mujer

El mundo tiene esencia femenina

Al igual que en la antigüedad, la mujer de la nueva era está ocupando un lugar protagónico en la vida social del planeta. Lejos de su rol de ama de casa, el ascenso del género femenino a puestos políticos de importancia marca una tendencia que signará el futuro del universo.La mujer firme, segura, intrépida, exigente y competitiva que tuvo que emular al hombre para abrirse paso dentro de la sociedades patriarcales, tendrá un nuevo lugar en los próximos años. El nuevo mundo se perfila femenino y las mujeres actuales, todavía empapadas de competencia con el hombre, deberán redescubrir su verdadera naturaleza para lograr un equilibro que se perdió varios cientos de años atrás.La historia parece volver sobre aquellas protagonistas que supieron gobernar regiones enteras en el Antiguo Egipto o ser veneradas en Grecia y en la América india. Hoy, el protagonismo político de las mujeres es notorio y, al parecer, nada indica que será detenido.

En un nuevo aniversario del Día Internacional de la Mujer bien vale la pena, entonces, recordar cuál fue el inicio de lo que hoy, para muchas generaciones femeninas, parece obvio: la recuperación del espacio y la dignidad dentro de una sociedad que, durante años, fue dirigida por los hombres.

Sobre el 8 de marzo existen diversas versiones. La más conocida es la de un incendio ocurrido en una fábrica textil de Nueva York en 1857, donde habrían muerto quemadas las obreras que hacían una huelga. Según la historiadora canadiense Renée Côté, no existen pruebas documentales de que un incendio de esas características se produjera ese año, ni que ese hecho fuera el motivo para establecer una jornada internacional de las mujeres.Las investigaciones de historiadoras feministas señalan que lo que pasó en 1857 fue, en verdad, la realización de una marcha convocada en el mes de marzo por el sindicato de costureras de la compañía textil de Lower East Side, de Nueva York, que reclamaban una jornada laboral de sólo 10 horas.Diez años después, en 1867, también en el mes de marzo, tuvo lugar una huelga de planchadoras de cuellos de la ciudad de Troy, en Nueva York, quienes formaron un sindicato y pidieron un aumento de salarios. Después de tres meses de paro, las huelguistas se vieron obligadas a regresar al trabajo sin haber logrado su demanda.

La historia del 8 de marzo está cruzada por situaciones y hechos que muestran un escenario más complejo y rico en acontecimientos marcados por la Primera Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la lucha por el sufragio femenino, las pugnas entre socialistas y sufragistas, y el creciente auge del sindicalismo femenino durante las primeras décadas del siglo XX en Europa, Estados Unidos y Latinoamérica.Los orígenes del Día Internacional de la Mujer están ligados a los partidos socialistas de Estados Unidos y Europa, en particular al protagonismo de las mujeres del Partido Socialista Norteamericano que, desde 1908, instauraron unas jornadas de reflexión y acción denominadas Woman's Day. La primera tuvo lugar el 3 de mayo de 1908, en el teatro Garrick de Chicago, con el objetivo central de hacer campaña por el sufragio y contra la esclavitud sexual. De esta manera, el Día Internacional de la Mujer surge para hacer propaganda a favor del sufragio femenino, para defender los derechos laborales de las trabajadoras y manifestarse contra la guerra.

Las primeras conmemoraciones

Durante el primer Día Internacional de la Mujer organizado en los Estados Unidos, las organizaciones de mujeres socialistas llamaron a desarrollar enormes manifestaciones públicas para luchar por el derecho de la mujer al voto y por sus derechos políticos y económicos. En 1909, en fecha similar, 2.000 personas asistieron a una demostración para celebrar el Día de la Mujer en Manhattan, Nueva York. En 1910, las feministas y las socialistas de todo el país se unieron a la celebración de este día de movilización popular. La Segunda Conferencia de Mujeres Socialistas que tuvo lugar en Copenhague, Dinamarca, el 27 de agosto de 1910 estableció el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer. A esta conferencia asistieron más de 100 delegadas de 17 países representando sindicatos, partidos socialistas y organizaciones de trabajadoras.

En Europa, el primer Día Internacional de la Mujer se celebró el 19 de marzo de 1911, en Alemania, Austria y Dinamarca. Las alemanas escogieron esta fecha porque en esa fecha en 1848 el Rey de Prusia, amenazado con un alzamiento armado, prometió una serie de reformas, incluyendo una incumplida promesa de entregar el derecho a voto para las mujeres. Para organizar dicha celebración en 1911 se repartieron un millón de volantes en Alemania.

Históricamente ha habido dos ramas de las luchas de mujeres: la que se concentró contra la explotación industrial femenina y otra concentrada en la obtención de derechos civiles para las mujeres, en particular el derecho al voto. Las socialistas trataron de unir ambas luchas. Sin embargo, hubo un sector de mujeres de la clase media y alta que sólo se concentraron en la lucha por el voto, desasociándose con la lucha de clases en el contexto de las mujeres.

Las mujeres latinoamericanas en particular han transformado este día en un día de lucha contra las dictaduras capitalistas.El resultado de tantos años de sostenimiento del espacio abierto a principios de 1900 se refleja en el rol que las mujeres están protagonizando en el área política del todo el mundo.

Tomado de:
http://www.zonagratuita.com/servicios/noticias/2006/marzo/065.htm

Estos países están gobernados por mujeres:

Argentina: Cristina Fernández
India: Pratibha Patil
Alemania: Angela Merkel
Chile: Michelle Bachelet
Irlanda: Mary McAleese
Finlandia: Tarja Halonen,
Liberia: Ellen Johnson Sirleaf
Filipinas: Gloria Arroyo Macapagal
Letonia: Vaira Vike-Freiberga
Nueva Zelanda: Helen Clark
Mozambique: Luisa Diogo

http://ibasque.com/gobernados-por-mujeres/


Mujer trabajadora

Vengo esta noche a cantarte, compañera,
desde el fondo tenaz de mis entrañas,
un son de lucha mineral y centenaria.
Vengo a cantarte, hermana, con mi sangre,
para empaparla en tu sangre derramada.
Se apaga tras los siglos ya la noche
en que atada, escarnecida y olvidada,
te dejabas morir junto al fogón prendido
sin un gesto de fuga en la mirada.
Van muriendo las horas solitarias
en que la casa insoportablemente muda
te cercaba por doquier con los recuerdos
inasibles del tiempo sumergido
en tardes de ventanas y nostalgias.
Tuyos son los amaneceres que vendrán,
tuyo el cántaro preñado de futuros
tuyo el azul sortilegio de los días
que se vislumbran en el horizonte.
Tuya es el arma que abre las compuertas
de un alba que a los cielos amenaza.
Tuyo es el campo virgen que se extiende
ante el ojo sorprendido de los ángeles.
Es tu hora, compañera, hermana,
la hora del candente itinerario
que te lleve, magnífica, a la aurora.
Es la hora del verbo desatado:
Canta, ruge, grita, resucita
el fuego que se esconde en tus pupilas
y lánzalo como un heraldo del mañana.
Sergio Borao Llop
08/03/2004 23:11

6 de marzo de 2008

En la silla

“Aliento de Dios, despliega las alas de mi espíritu
y lánzame”.
Ángel Sanz Arribas


Sentado en la silla, aguarda. ¡Cuán nervioso lo pone la espera! Mira a todos lados. Al frente, un cuadro de Van Gogh. Trata de perderse entre los girasoles. No puede; lo subyugan esos utensilios raros que ve en una mesita. Guantes, pinzas, agujas. Escucha pasos a su alrededor, voces , un que otro gemido. Tiene miedo, un temor quizás arrastrado desde la niñez, absurdo, irracional. “Alegría de Dios, aleja los fantasmas de mis miedos y confórtame”* . Imagina situaciones, se ve en una sala de tortura, le parece escuchar a otros prisioneros que gritan. Luego vendrán por él. Le sudan las manos. Se aproxima su turno. Espera.

Llega vestida de blanco. Si no supiera que es su verdugo, pensaría que es un ángel. Ella lo reconoce al instante. Recuerda. Está parada frente al gran pizarrón. Le tiemblan las manos y el papel entre ellas, se da cuenta de las risas solapadas de sus compañeros, resiste las ganas de llorar. Le toca dar su informe y aunque se ha preparado, la traicionan los nervios. No puede decir una sola palabra..

—¿Estás lista o no? Son todos unos irresponsables, unos perdedores. Ninguno de ustedes llegará a nada bueno.

La presencia de ese profesor la intimida. El mismo que ahora tiene sentado delante de ella, a su merced. Advierte su miedo. Conoce esa sensación. Ha sentido tanto que no ha podido controlarse. Aquel día, delante de todos, se orinó. Retumbaron las risas de los compañeros . Quiso salir corriendo de ese salón, desaparecer, dormirse y despertar el año entrante.

—Lo que faltaba. Parecen niños de primer grado. Hágame el favor de ir a buscar con que limpiar todo este reguero.

Así debe sentirse él en este momento frente a mí, indefenso por completo. “Fuerza de Dios, rompe las cadenas de mis esclavitudes y libérame”. Esta operación la haré a sangre fría. Saco esa muela dañada y de paso, dos o tres más... sin calmantes, con dolor, que tenga que aguantar sus lágrimas como tuve tantas veces que hacer yo . “Luz de Dios, disipa la tiniebla de mis dudas y guíame” .¿Por qué no? Se lo merece.

Ha llegado la hora de la venganza.

—Abra la boca, Mr. Gutiérrez. —El hombre la mira intrigado—. Ya lo ve, “mister”, a pesar suyo y en contra de todas sus predicciones llegué a ser alguien. Abra la boca y respire bien hondo. Esto le va a doler...

La mirada de asombro se transforma en una de terror. “Torrente de Dios, fecunda los desiertos de mi vida y renuévame”* De pronto, como un Pentecostés, caen sobre ella oraciones aprendidas de niña, la invade un fuego divino, la paz domina la rabia y la razón vence su rencor.

—Gracias, mi niña, tiene una mano divina, apenas la sentí.

Ha llegado la hora del perdón.

Elsia Luz Cruz Torruellas
(Siluz)

al Dr. Pedro Cabrera por comprender el terror que le tenemos a los dentistas

*Ángel Sanz Arribas: Espíritu divino (Oración al Espíritu Santo)

2 de marzo de 2008

Drama inconcluso

“Porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino...”
Amado Nervo

¿Sería capaz de dejarlo todo para ir tras un amor otoñal? De alguien haberle contado esta historia, hubiera pensado que era un buen tema para una novelita rosa o para un cuento de esos hadamadrinescos que terminan con un “vivieron felices para siempre”. Pero jamás que ese drama idílico fuera parte de su vida. En algún momento usurpó un personaje ajeno, unas líneas que no le pertenecían. Se encontraba sobre un escenario sin haberse aprendido el libreto, sin estar preparada, falta de ensayos y el telón... a punto de abrir.

Su vida fue siempre de trabajo, más o menos estable, más o menos feliz. No pudo terminar su carrera; el trabajo, los hijos y las faenas hogareñas consumieron todo su tiempo. Tras el accidente que le costó la vida a su compañero, se vio obligada a seguir adelante sin él. Tenía dos buenos motivos por los cuales luchar, sus hijos. Ahora retirada y con el nido vacío, a su día le sobraran horas.

—¿Por qué no regresas a la universidad? —le preguntó una amiga.

—¿Estás loca? ¿Qué voy a hacer entre tanto crío?

Segura de que era una idea descabellada, pasaron a otros temas. Pero, aquella mechita quedó allí, sin darse cuenta, lista para ser encendida. Meses después, un anuncio en el diario atrajo su atención. “¿Dejaste tu carrera a mitad? Esta es tu oportunidad. Decídete”. Recordó la pregunta de su amiga. ¿Y si no fuera tarde? Las horas vacías la agobiaban. Aún podía llenarlas, antes que las perdiera para siempre.

Tomó el teléfono. Y antes de darse cuenta estaba matriculada.

Sentada en un pupitre (“no puedo creer que todavía se usen”) y a la espera del profesor pensaba: “¿Qué carajo hago yo aquí?” Y al escucharse hablar así, no pudo evitar una carcajada que hizo que todos voltearan a mirarla. Iban a pensarla loca, aunque quizás tenían razón. ¿No era acaso una locura ponerse a estudiar a su edad?

Fue entonces cuando lo vio. Él se sentó con dificultad en un pupitre cercano , con una mirada tan nerviosa como la de ella y una sonrisa delatora de sus pensamientos.

Después de varias clases se dio cuenta que el curso no era tan difícil. Mas notó que él estaba a punto de abandonar el barco. Sin reconocerse en la mujer que hablaba, se oyó decir:

—Si necesita ayuda, llámeme.

En ese instante, él se percató de su presencia. Y no dejó pasar mucho tiempo en aceptar su oferta. Compartieron tareas, repasos para los exámenes, hicieron monografías en conjunto. La satisfacción de aprobar el curso ameritaba celebrar y la invitó a cenar.

—Gracias –dijo él—. Sin ti, no lo hubiera logrado.

Y aquel primer beso, que recibió como una adolescente, despertó sensaciones ya olvidadas.

Supo que él se había divorciado tras un matrimonio tormentoso de veinte años, que nunca tuvo hijos, que tras trabajar 16 horas diarias , de momento se quedó sin empleo, que estuvo a punto de una crisis nerviosa y que entró a tomar aquel curso, como una terapia, casi a exigencias de su siquiatra.

También supo que de ahí en adelante, no se separarían...

Hasta que llegó la propuesta. Él recibió una buena oferta de empleo fuera del país, la oportunidad de viajar, de aventurar. Podían irse los dos, compartir esa experiencia, arriesgarse, atreverse, ¡vivir!

—Las oportunidades son como los amaneceres —él dijo, recordando una cita que había leído en algún calendario.

—Si esperas mucho, los pierdes —concluyó ella.

—Ven conmigo –insistió.

¿Dónde estaba la fortaleza que siempre tuvo? ¿Dónde la seguridad de la que se jactaba? Por primera vez en su vida sintió miedo ante un reto. Miedo a abandonar terreno firme y encontrar arena movediza. Miedo al ridículo. Miedo al fracaso. Miedo a lo desconocido.

—Doña Esperanza. Es hora de su medicina —la despertó la enfermera del asilo.

Ella, sin apenas poderse mover, salió del letargo en que se hallaba. Sólo aquella lágrima delataba su pesar. El paso inmisericorde del tiempo, la incertidumbre de lo que pudo ser, el desengaño por lo no vivido, la angustia de la soledad...y la extraña sensación de que el telón estaba por caer.
Elsia Luz Cruz Torruellas
(Siluz)