16 de septiembre de 2009

Cuatro rostros

Con sus monólogos,
el joven actor Noel Ernesto da vida a la pieza teatral “Personajes”
Por Damaris Hernández / dhernandez1@elnuevodia.com

Cuatro maniquíes vestidos de pies a cabeza lo esperan en el escenario. Tan pronto pisa la tarima, los observa con detenimiento, les toca con su mano el área del “corazón” y una trasformación inmediata se apodera de su cuerpo y de su mente. Segundos después, inicia la función.


Así describe el joven actor Noel Ernesto Ramírez Cruz la apertura de la producción teatral que se presenta desde hace tres miércoles, a las 8:30 p.m., en Escenario (antiguo Rumba) en el Viejo San Juan.

La propuesta, denominada “Personajes”, nace de la iniciativa de la casa productora independiente Máscaras de Sal. El actor, su familia y compañeros de la universidad se unieron para crear la empresa, que este año ha desarrollado varias piezas teatrales como “Pasión bordada”, “Vidas de mariposa”, “Yo en dos tiempos”, “Cruel impacto” y “Cartas de amor”, entre otras.

Según contó el joven de 26 años, graduado de la Universidad del Sagrado Corazón, “Personajes” es una plataforma para el desarrollo del actor y, a su vez, una alternativa refrescante para los amantes del teatro.

“En ‘Personajes’ cada actor trabaja sobre un mismo escenario. Es un compendio de textos, monólogos y diálogos. Son obras cortas. Todo se desarrolla en la azotea de un edificio. La azotea se convierte en el cerebro del autor, donde cada actor crea su historia. Unimos un concepto de maniquíes, utilería y objetos. Cada actor que participa se incorpora al concepto, pero con otros personajes”, explicó el también profesor de teatro del Instituto de Educación y Tecnología de las Artes en Río Piedras.

Fue el joven vegabajeño quien abrió la temporada de “Personajes” y mañana será su última función durante este mes. Luego otros actores se incorporarán a la propuesta que espera continuar por varios meses.

Como parte de su presentación, Noel Ernesto da vida a cuatro personajes; algunos tienen nombres y otros no.

Su monólogo principal es en honor al fenecido escritor uruguayo Mario Benedetti. Con el personaje de

“Mario”, destaca los mejores ensayos del escritor, sus poemas y momentos impactantes de su vida. “Se dramatizan los ensayos que hablan de su vida, de los aspectos sociales y humanos del libro ‘Vivir adrede’. Claro, se incluye el poema ‘Corazón coraza’. A un escritor como él, ni la muerte lo puede parar”.

La otra caracterización es de un joven que vive en el futuro. Es un muchacho que no tiene qué comer y se alimenta con pastillas, situación que resulta muy problemática para él.

La nota humorística la presenta a través de otro joven que se enamora de su mejor amiga.

Por último, está el personaje de “Celina”, el cual describe como su predilecto. “Celina” es una viuda que va a despedir a su esposo al cementerio. Tras vivir junto a él años de sumisión, decide revelar sus secretos íntimos.

Noel Ernesto asegura que la experiencia ha sido más que enriquecedora.

“Las críticas han sido muy positivas. Este es un teatro que la gente quiere ver y, como actor, hay cabida para la improvisación y para el estudio teatral. Espero que podamos continuar con esta producción”, mencionó con emoción el también director de la pieza.

La obra, de cerca de una hora de duración, es producida por Leirannette Ruiz y Melissa Rodríguez, ambas productoras de Máscaras de Sal.

Inmerso en el teatro

Noel Ernesto reconoce que en su vida no existe otra motivación más intensa que el teatro.

Creció en ese mundo ya que su madre, Elsia Cruz, fue maestra de esta disciplina. Desde pequeño, sintió una gran admiración por las obras que ella desarrollaba para los estudiantes.

“Prácticamente, toda mi vida he estado rodeado de arte y teatro. Cuando mi madre enseñaba, yo iba a sus clases. Pero no fue hasta que vi los cambios de actitud de los estudiantes problemáticos y de educación especial hacia sus familias, que el teatro se convierte para mí en una herramienta que une a las personas. Desde entonces, mis hermanos y yo nunca nos cuestionamos en qué queríamos desarrollar nuestra vida”.

“El teatro es mi vida, mi obsesión, mi ciencia, mi religión, es mi todo”, concluyó el actor.

Tomado de: El Nuevo Día: 15 de septiembre de 2009

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