10 de julio de 2012

Lectura infantil


Buscando entre libros y cuadernos viejos, en un viaje de nostalgia, encontré este libro.  No sé quien fue su dueño original pero tengo la impresión que ha pasado por muchas generaciones de mi familia.  Les aseguro que no fui yo, pues tiene fecha de 1916. Lo que sí sé, fue que pasó por las manos de mi hermana y las mías, pues ambas dejamos nuestras firmas infantiles en sus páginas.
¿Cuántos de ustedes aprendieron a leer con las aventuras de Luis y Ana?
El libro está escrito por José González Ginorio y según explica al final, “está basado en nuestro Método racional para enseñar a leer y escribir simultáneamente”. Añade González Ginorio sobre el niño en una nota a los maestros: “La lectura de este libro le recuerda su vida y se ve rodeado de sus padres, de sus hermanos, de sus amigos, de sus animales favoritos, de sus flores, de sus arboles, de sus juguetes, de todo lo que para él es bello, de todo lo que él ama…"
No tenían Luis y Ana televisor, ni juegos electrónicos, ni Barbies o muñecos robots ni naves de guerras espaciales o muñecas que parecen reales. Pero tenían al gato Mauro y al perro Leal, un hermanito bebé al que ayudaban a cuidar, jugaban al gato y al ratón, a la pelota, alimentaban a los pollitos, disfrutaban en el campo y en la playa, cooperaban en las tareas del hogar y descansaban juntos al final del día.

Quizás  pintaba una familia perfecta en un mundo ideal, distinto al que los pequeños lectores conocían.  No hay en ese mundo madres solteras, ni padres criando solos; mamá espera en casa a papá, quien trabaja afuera para mantener el hogar. Roles claramente definidos por su género:

“La familia de Luis trabaja.
Por la mañana su papá sale de su casa. Va a trabajar al pueblo.
El trabaja para su familia.
Es un buen padre.
La mamá trabaja también. Ella limpia la casa.
También cose la ropa de sus niñitos amados.
Ella prepara la comida para todos.
¡Buena madre!”

Así aprendimos a leer, convencidos que las nenas cocinaban y cosían y los nenes salían a la calle a trabajar.  Hoy, cien años después, se pide que se eviten los estereotipos, los roles de género.  Y me parece muy bien. Pero yo pediría mejor que se eviten los cuentos de violencia, venganza y maltrato infantil, el poco respeto por la vida animal y las escenas de miedo, cucos, espantapájaros o ropavejeros. 
Creo que está muy bien que los niños vean como algo normal que papá friegue los platos y mamá vaya a la oficina, o que comprenda que la familia puede ser solo papá o solo mamá. No les haría daño ver algo como:

Mi mamá me ama. Amo a mi mamá.
Vivo con mi mamá y mi hermana.
Mi papá me ama. Amo a mi papá.
Mi papá me busca todos los fines de semana.
Amo también a mi madrastra.
Mi madrastra me ama.

Lo que sí hace daño es que piensen que a un lobo se le puede llenar la barriga de piedras  y tirarlo al río o a una bruja quemarla en una estufa o que pueden ser abandonados por su madrastra, con el consentimiento del padre, en un bosque sin comida ni agua y ser engordados para convertirse en plato de una cena.   


15 comentarios:

Borinkeando dijo...

No recuerdo haberlo leído..pero si tengo muy frescos los cuentos de Abelardo Dicaz Alfaro, Mi preferido era Santa clos va a la cuchilla

Anónimo dijo...

Yo tengo un libro viejito q tiene el cuento, lo voy a buscar para leerlo a mis hijos. Gracias

Unknown dijo...

Muy cierto, me encanta. Yo tenía todos los de Rosa y Pepín, Mota el gato y Finí la muñeca. Mis favoritos eran los que ponían las caritas a la izquierda para que uno supiera quien decía la línea, muy teatral e ideal para mis gustos. Siempre preferí esos cuentos a los de las brujas y donde las madrastras son malvadas. Sería estupendo volver a esa base eliminando los estereotipos y el morbo justiciero para que los malos paguen, quizá los niños volverían a interesarse por la lectura y por conocer a unos personajes con los cuales te podrías identificar, cuestionar o analizar.

María Machuca (Lennie) dijo...

Muy interesante lo que planteas. Mis hijos disfrutan mucho leer pero siempre estoy pendiente para que logren entender el mensaje y ayudarlos a encontrar una moraleja de lo leido.

Siluz dijo...

Sí, Jeannette, los cuentos de Abelardo son punto y aparte. Hay que aplaudirlos de pie.

Mela: Gracias a ti por la visita.

Maritzay Lennie : El amor por la lectura tiene que fomentarse desde la niñez, con libros que llamen su atención, adecuados a su edad y bien escogidos. Porque es mucha la competencia de los juegos y la TV y se nos están deshumanizando. Y los tenemos que ayudar en ese proceso, que nos vean leer, que los motivemos a leer, y sea una actividad gratificante.

Gracias por comentar. Un abrazo.

Riquísimo P.R dijo...

Me hiciste recordar a Mota a Lobo y los demás que no recuerdo el nombre. Con ese librito, que me imagino que es una versión más adelantada de la que nos enseñas aquí, aprendí a leer.

Muy interesante de el tema de la familia. Tengo varios escritos sobre la diversidad en la familia. Crees que deba publicarlos? Creo que aquí hay mucha gente que no está preparada para leerle a sus hijos un cuento sobre la diversidad y el respeto a la diversidad. Qué crees?

Siluz dijo...

Es posible que no estemos preparados para leer sobre la diversidad en la familia, pero eso no quita que sea ya algo necesario. Nuestras familias, en el siglo 21, son diferentes a las de principios del siglo 20, y no podemos tapar el cielo con la mano. Nuestros niños deben sentirse identificados con lo que leen, y tenemos que ir a su realidad.
A mí me gustaría leer tus escritos y supongo que sería interesante publicarlos en algún medio de la red. Es un problema que toca a muchas familias.

Vanessa dijo...

A los 5 años yo no sabía leer, pero me memorizaba los cuentos que mi hermana (que me lleva 6 años) me leía. En el salón de kinder, antes de la siesta, se los recitaba a mis compañeritos usando de guía las láminas del libro. Ahora pienso que debí memorizar las notas alcalce de Hanzel y Gretel... O.o

Gracias por ésto Siluz, me facina leerte y que me pongas a pensar.

Siluz dijo...

Gracias, Vanessa, por leer y comentar. Me imagino cuánto se desarrolló tu imaginación al contarle los cuentos, desde tu perspectiva infantil, a tus amiguitos.

hmcg dijo...

Hola Siluz! siempre resulta una reconfortante visita acercarse a tu sitio.

Muy interesante tu mirada, a partir de un viejo libro de lecturas infantil, sobre los cambios y el sinceramiento de las relaciones "posibles" familiares,en el mundo de hoy.
En mi país, Argentina, en los últimos años, hasta las leyes acompañan y regulas estos cambios fundamentalmente socio-culturales.
¡Y esto es bueno porque amplía el espectro de construcciòn de los lazos, que permiten la constituciòn de nuevas formas de "familia"!
Abrir el debate y análisis crítico en todo lugar (como un blog por ejemplo) es saludable para la comunidad global.

Por otro lado coincido en parte con tu apoyo a poner a los niños en contacto con lecturas que reconforten su alma y siembren valores positivos.
Sin embargo debo decir que después de leer hace ya unas décadas un libro que se llama "Psicoanálisis de los cuentos de hadas" de Bruno Betthelheim -muy bien escrito además- he cambiado mi enfoque sobre cuentos tradicionales de hadas y madrastras. El Dr. Bettelheim postula que ciertos compomentes de estos cuentos tienen un alto valor catártico, y organizador ya que de ellos se puede aprender mucho de lo que sucede a nivel interno en todo ser humano - dotado de intuición, razón y emoción- y su resolución en beneficio de una saludable construcción del yo.

Lo interesante no es o uno u otro tipo de relatos sino una presencia de los dos en la vida del niño.

AbrazOs!!! desde Argentina
Helvia

Ivonne Acosta Lespier dijo...

Siluz: Hace tiempito que no entraba en tu blog y antes que nada me encanta el nuevo look.
Me interesó mucho esto del librito porque encontré uno parecido entre las cosas de mi suegra hace tiempo y lo guardo como si fuera de oro o plata.
¡Cuánta razón tienes en lo que planteas! Yo pienso que hay como una conspiración que debe salir del Pentágono o el complejo militar industrial para que TODO lo que se muestra en la tele, el cine, los comics, los juegos sea violento, sangriento y estéticamente feo. Como bien dices, están deshumanizando nuestra juventud.

Siluz dijo...

Gracias, Helvia, por la visita. Como en todo, creo que lo difícil es establecer el justo balance. Un exceso de fantasía, puede ser dañino, pero también una sobredosis de realidad.
Gracias por tu interesante aportación. Hay muchos cambios por hacer pero...¿cuántas generaciones pasarán antes que se vea un cambio significativo?

Siluz dijo...

Gracias, Ivonne. Ya era tiempo que cambiara el vestidito al blog. No me atrevía a hacer un cambio más dinámico por miedo a perder entradas.
Recuerdo el problema que tuvo una vez Prometeo y cómo nos decía: si no está dañado, no lo arregle. Me alegra te guste.
Por los acontecimientos de hoy en Colorado tenemos que aceptar que las mentes de los jóvenes están siendo bombardeadas por la TV, el cine, los vídeojuegos. Admiran personajes violentos y disfrutan viendo escenas sanguinarias, apocalíticas. ¿Por qué no convertir la ficción en realidad?

Unknown dijo...

Hola, soy mexicana y encontré un libro de José González Ginorio, de 1918.

Veronica Carrasquillo dijo...

Saludos, estoy en busca de este libro con propósitos de estudiar la literatura infantil puertorriqueña. ¿Será posible una digitalización del libro?