26 de junio de 2008

Serrat y yo

Tenía sed de veinte años, cuando vi a Serrat por primera vez. Estudiaba en la universidad de Puerto Rico y el catalán visitaba nuestro teatro para ofrecer un concierto. Con mis amigas inseparables (Dios y mi canto saben a quien nombro tanto) me escondí tras bastidores para verlo cerca y gratis. Joan Manuel en casa, no podíamos creerlo.
Sabía de memoria muchas de sus canciones y le gritaba en silencio: “me gusta todo de ti”. Admiraba al Serrat rebelde, de pelo largo, mirada pícara y sonrisa hermosa que nos ilusionaba con poema de amor y su “porque te quiero a ti, porque te quiero...” Quizás no lo comprendía como lo hago hoy, las palomas también se equivocan. A pesar de que hemos envejecido juntos, ya él proclamaba “¿dónde, dónde fue mi niñez?” y yo todavía me sentía muy cercana a ella. Fue sin querer, me fijé en el Serrat hombre, en el artista, luego en el pensador y poeta. Canté “golpe a golpe, verso a verso” cada vez que mi calle se vistió de fiesta y soñé conocer un día el Mediterráneo. Me gustó cuando decía “ara que tinc vint anys”. Lo amé cuando dijo: “fa vint anys que tinc vint anys” y lo admiré cuando pudo decir: “hace veinte años que dije que hace veinte años tuve veinte años”.
Sus canciones me acompañaron en muchas de las etapas de mi vida, en los momentos más tristes, en los más felices. Escucho a Serrat cuando estoy nerviosa, melancólica, deprimida, ansiosa, pero también cuando estoy contenta, optimista, esperanzada, tranquila.
Me identifiqué con Lucía, llegué a creer que era caprichoso el azar y a tener fe en que hoy puede ser un gran día y mañana también. Me he visto entre un hola y un adiós, estoy convencida de que la vida te la dan pero no te la regalan y que de vez en cuando
nos besa en la boca.
Pasé por la niñez imitando a mi hermana
y lloré cuando se fue de casa por primera vez. Sé que a menudo los hijos se nos parecen, y también les pregunté ¿qué va a ser de ti lejos de casa?” cuando empezaron a abandonar el nido. Tuve que ponerme un vestido viejo y de reojo en el espejo hacer marcha atrás para recordar que también tuve un sueño en la piel.
Hoy que comprendo que todos llevamos un viejo encima, que he andado muchos caminos, que las pequeñas cosas que nos dejó un tiempo de rosa me siguen haciendo llorar y que continúo luchando para la libertad, hoy me declaro serratiana eterna. Mi corazón se echa
a volar como un cometa cuando escucho la voz del músico pariendo música... bendita música...
Serrat, eres único. Yo no sé que sería de mí sin ti.
Serrat, eres.... ¡Serrat!


Siluz

Ignacio Copani y Serrat:


6 comentarios:

Anónimo dijo...
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Unknown dijo...

Siluz, tu nobre me sabe a hierba, de la quye crece en el monte a golpes de sol y de agua....Se fueron hace mucho mis 20 años ("mañana yo me iré con ellos")pero el Nano se ha quedado en todo lo bueno del pasado y del presente.
Gracias, amiga, por tu recuerdo....y por tu visita que me hizo muyyyy feliiizzz.
Abrazos
REL

HÉCTOR LUIS RIVERO LÓPEZ dijo...

¡Qué bien te ha quedado esta estampa!Seguro que todos los serratianos que la lean se identificarán mucho con ella como yo lo he hecho. Yo todavía sigo vagabundeando y una balada de otoño me hace temblar...
Muy bueno.
Si-luz no existiera
Si-luz no brillara
los días serían noches
y la vida...cosa rara

Abrazos,
Hék

Siluz dijo...

Que lindos comentarios que no sé por qué no respondí. Pero nunca es tarde. Gracias, amigos. Algo nos une, serratianos: esa "bendita música".

Cassiopeia dijo...

Te descubrí al tiempo que debía ser. Ahora te recupero en entradas anteriores...
Somos de la mis época, y de los mismos amores.
Cuando peor creo que me va... sé que puede ser un gran día y que hay darle duro!

Besos

Hilda Vélez Rodríguez dijo...

Y jugando con la marea me voy pensando en volver....también yo caí felizmente presa de su embrujo y este escrito Siluz, está estupendo.