20 de septiembre de 2007

Para siempre



El domingo, 23 de septiembre, se conmemora en Puerto Rico el Grito de Lares. Lo que fue en 1868 un acto de emancipación del imperio español es hoy un acto de reafirmación patriótica contra el imperio estadounidense. Con un total menosprecio por nuestros días patrios, fue además hace dos años el día escogido para asesinar a uno de nuestros más bravos combatientes: Filiberto Ojeda Ríos. En otro abuso de poder, de brutalidad, de falta de respeto por la vida ajena y los sentimientos y valores del pueblo puertorriqueño, EL FBI irrumpió en el hogar del luchador independentista y sabiendo que estaba herido de muerte, lo dejó morir desangrado.

Van, Comandante, mis respetos para usted y su viuda, con este sencillo homenaje a su memoria.

Para siempre

“Le dije 'te entrego mi corazón y mi vida’
y su respuesta fue:
'te entrego mi corazón porque mi vida es para la patria'.”
Elma Beatriz Rosado


“¡Lo mataron, lo mataron!”

El grito retumbó por toda la isla. La reacción general fue de incredulidad. Tras quince años prófugo parecía ser invisible, indestructible, inatrapable. Los prepotentes quisieron demostrar que no lo era y lo hicieron inmortal.

“Se lleva a cabo un gran operativo; cientos de agentes han atacado por sorpresa un tranquilo y apartado barrio del oeste.”

Tembló al escuchar las noticias. Eran tan imprecisas. Le preocupaba ella, su amiga de la infancia, esa jovencita a quien no veía hace mucho tiempo y quien abandonó todo para irse con él al clandestinaje. Esa muchacha, estudiante de leyes, practicante en uno de los bufetes más importantes de la capital, con un futuro prometedor el cual ella pensó entonces que había echado por la borda.

“Rodearon la casa. A ella la sacaron herida. El está adentro.”

Circulaban rumores y especulaciones. Progresaba la tensión y el desasosiego. ¡Esto no podía estar pasando! Se habían criado juntas, compartido juegos, muñecas, libros, pinceles, travesuras, secretos. Juntas descubrieron palabras prohibidas, juntas rebuscaron temas tabúes, juntas soñaron con el galán de turno, juntas aprendieron a bailar y coquetear, juntas pasaron de la niñez a la adolescencia... siempre juntas. Hasta que lo conoció.

“Han controlado todo el área. No dejan entrar ni salir a nadie. Hay francotiradores en los helicópteros.”

Entonces las confidencias fueron imposibles y los silencios, inquebrantables. Ya no era capaz de leer en sus ojos ni adivinar sus pensamientos. Los temas de conversación eran otros: injusticias, imperialismo, coloniaje, patria, presos políticos, guerra, paz, socialismo, lucha, amor, libertad, revolución. Hasta que se fue sin decir adiós.

“La dejaron salir. Ella está bien; él, muerto. Desangrado. ”

Su amiga de siempre. A que precio tan alto la recuperaba. La ve en el noticiario, el dolor reflejado en el rostro. Sabe que tiene que vivir para que el pueblo se entere de lo ocurrido. Es lo único que ya puede hacer por su maestro, por su compañero, por el héroe de la patria. Es dueña de la verdad y tiene que transmitirla.

“Quisieron hacerla arrodillar. Ella se negó. Él no se lo hubiera perdonado. Entonces la tiraron contra la tierra. Más de 100 tiros desde lo alto. Uno lo alcanzó. ”

El pasó a la eternidad, junto a Albizu, a Bolívar, a Sandino, a Guevara. Ella, que lo acompañó, lo comprendió, lo amó, no se conformará con llorarlo.

Se oye una canción de Silvio: “...te amaré si estoy muerto, te amaré el día siguiente además...”

Se ha visto obligada a renacer, a volver a la luz. Tiene que caminar con la cabeza en alto por la ruta marcada con su sangre. Hoy, aún en soledad, se ve segura, luchadora, decidida, con el inmenso orgullo y la responsabilidad de ser la viuda del Comandante.

2 comentarios:

©Claudia Isabel dijo...

Que historia Luz, que fuerte y triste. Parece el fin de muchos idealistas latinos, el estigma de nuestros pueblos. Te felicito.

Rocío dijo...

Parece que el tiempo no hubiera pasado... ya van dos años.

La conciencia no olvida...



Mi amado Naguabo lleva desde ayer un luto en las nubes...