18 de septiembre de 2008

Siesta

Recuestas tu cabeza sobre mi cuerpo.
Es la hora de tu siesta.
Acaricio tus rizos infantiles y te contemplo.
Pienso en los dos chiquilines que extraño.
Entonces me abrazas,
me convierto en tu mundo y tú en el mío.
Olvido preocupaciones, desgracias, tristezas,
problemas, necesidades, desilusiones, añoranzas.
La vida es este instante y nada más.
Me pierdo en tu sonrisa franca y tus ojos puros
imaginando el tono de tu voz recién estrenada
cuando por fin sepas llamarme abuela.

A Nahuel

8 comentarios:

  1. Es una ternura. Y tu nieto también.
    Te felicito, Siluz.

    ResponderBorrar
  2. Gracias, Fabiana. Gracias también por siempre visitarme y dejar tu huella. Un abrazo.

    ResponderBorrar
  3. Te felicito de todo corazón, bella foto, bello amanecer con tu nierto. Abrazos desde Lima, Julia

    ResponderBorrar
  4. Gracias, Julia, por tus palabras y por darte siempre la vuelta por estos lares. Un abrazo.

    ResponderBorrar
  5. mmm, que lindo Luz, hermoso!!!
    Que bonitoooooo
    Abrazo a ambos

    ResponderBorrar
  6. Gracias, Claudia:
    La palabra "mamá" es hermosa como ninguna, pero "abuela" tiene una ternura inigualable. Ya lo verás... (Ya sé.. no tienes prisa por conocerla.. jejeje...)

    ResponderBorrar
  7. Palabras hermosas, amiga. Como tu nieto. Besos para ambos.

    ResponderBorrar
  8. Cuanto daría por que en mis oídos sonara esa palabra, que no resuena y que parece no resonará. Por eso me disfruto tus fotos y tus escritos y trato de hacerme una idea de lo que se siente. Afortunada mujer que te haces inmortal en la sangre que te sigue y que así siga.

    ResponderBorrar